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Draghi solo podría comprar un 3% de los bonos corporativos europeos

  • De 14 billones de deuda de empresas europeas solo 400.000 cumplen los requisitos del banco


El día de la gran reunión del Banco Central Europeo (BCE) se va acercando y los analistas siguen haciendo cábalas sobre las posibles decisiones de la entidad. Pero una cosa es aventurarse a hacer una previsión y otra distinta es ajustar la realidad. Jaime Sanz, responsable de ratings de Société Générale, advierte que si la entidad quiere elevar su balance de forma contundente, tendrá que comprar bonos soberanos.

Esto es así porque a través del mercado de deuda corporativa no podrá elevar su balance en más de 400.000 millones de euros. De los 14 billones de bonos corporativos que hay en el mercado, solo este 3% cumple los criterios del BCE para que puedan ser comprados, advierte el experto.

Las actuaciones del BCE y de los bancos europeos durante los años de la crisis "han roto totalmente el vínculo entre Grecia y el euro", explica Arturo Alonso, responsable de financiación global para España y Portugal de Société. Esta situación es el reflejo de la capacidad de la institución para revertir cualquier problema en el mercado.  

Pero, ¿cómo afectará un QE a la financiación de las empresas y el Estado español? Jaime Sanz, responsable de rating advisory para estados soberanos de la misma firma, explica que "hay más spread entre los bonos corporativos que en los soberanos", indicando que España ya se sitúa en "niveles razonables" para un rating de BBB. Un programa de compras "contundente" sí podría reducir esos diferenciales en las empresas, aunque hay "poco recorrido a la baja", indica Fernando García, director de mercados de capitales de deuda para empresas e instituciones financieras de SG.

En cuanto a volúmenes de emisión en 2015,  "esperamos que se mantengan estables", comenta García. Lo que a su juicio seguirá aumentando son las colocaciones de deuda high yield, tras un 2014 en el que se emitió un 21% más.

Desde la firma confían en que aparecerán nuevos emisores como en 2014. La banca continuará otra tendencia, la de lanzar deuda subordinada. Tras cerrar cinco emisiones por importe de 7.000 millones el año pasado, Fernando García prevé que las entidades recurrirán nuevamente a estos títulos ante las exigencias de capital.