Bolsa, mercados y cotizaciones

Sólo una firma cotiza ya sobre los 100 euros mientras 18 valen menos de 1

  • Tras el 'split' de Inditex, sólo CAF se paga a tres dígitos
  • La baja negociación es uno de los problemas de estas compañías
<i>Foto: archivo.</i>


Prosegur, Ebioss o más recientemente Inditex, han hecho suyo el lema divide y vencerás, ya que todas tienen en común haber lanzado un split, es decir, desdoblar sus títulos.

Una operación con la que se consigue más liquidez al bajar el valor de la acción, lo que a su vez facilita la entrada de pequeños inversores, ya que se produce el efecto psicológico de que los títulos de la compañía están más baratos (el capital social no se modifica después de la operación). A este respecto, en el caso de Inditex, el canje fue de cinco acciones nuevas por una antigua, por lo que cada título pasó de moverse en la cota de los 110 euros a los 21,4 euros en los que se sitúa ahora (el pasado lunes comenzaron a cotizar las nuevas).

Ahora bien, ¿qué es lo que ocurre cuando sucede justamente lo contrario y el valor es muy bajo? Una situación que toca muy de cerca a la bolsa española, ya que hasta 18 empresas del Mercado Continuo cotizan por debajo de 1 euro -ver gráfico-. A priori, lo más sensato parecería realizar un contrasplit o agrupamiento de títulos, ya que, en teoría, se obtiene una mayor negociación al elevarse el precio de la acción y podría ser una vía de escape a esos niveles bajos de cotización. No obstante, tal y como señala José Luis García, de Dif Broker, se trata de "compañías poco negociadas y que han perdido el valor en la negociación por lo que, independientemente de que realizasen ese contrasplit o no, no cambiaría nada en el volumen ni en la marcha de la compañía en bolsa".

Una empresa que ejemplifica que un contrasplit no tiene por qué ser sinónimo de éxito es La Seda de Barcelona. La compañía decidió agrupar sus títulos en mayo de 2012 a razón de una nueva acción por cada 100 antiguas, por lo que su precio escaló de 0,01 a 1 euro.

En junio de 2013, el grupo fue suspendido de cotización por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tras solicitar el concurso voluntario de acreedores ante la imposibilidad de alcanzar acuerdos para la refinanciación de su deuda. Una suspensión que se mantiene en la actualidad.

"Al igual que el split, el contra-split es una tema psicológico y de conveniencia operativa. No tiene, por tanto, repercusiones fundamentales sobre la empresa", señala Féliz González, socio director general de Capitalia Familiar.

A veces funciona

En ocasiones, la decisión de agrupar los títulos sí es acertada. Basta con echar un vistazo a Banco Popular o Jazztel. En el caso de la entidad, cada acción nueva recogía cinco antiguas, por lo que su valor pasó de 0,57 euros a 2,87 euros. Tomando como referencia este último precio, el banco ha escalado un 56 por ciento, ya que el viernes cerró en los 4,48 euros.

Por su parte, la teleco lanzó un contrasplit en enero de 2010 convirtiendo 10 títulos antiguos en uno nuevo. De este modo, la compañía se movía en la cota de los 0,2 euros, precio que tras la ejecución del contrasplit ascendió hasta la zona de los 2 euros. Cuatro años después, alcanza los 9,75 euros.

En este contexto, "la idea de que estas compañías puedan seguir la estela de Jazztel y revalorizarse mucho por el contrasplit parece desde luego una quimera. Al ser compañías de baja capitalización y que en su mayoría llevan una depreciación bastante grande en los últimos años, lo que ocurriría sería que los inversores psicológicamente viesen más potencial de caída", explica Rodrigo García, analista de XTB.

Además, el experto señala que este tipo de operación en firmas pequeñas provocaría que fuesen menos líquidas aún de lo que ya son y, por tanto, "dejarían de ser atractivas incluso para los inversores más especuladores". Es más, en casos de compañías con poca liquidez, "incluso podría empeorar su situación". A este respecto, en los últimos 20 días, las 18 empresas que cotizan por debajo de 1 euro, han negociado de media cerca de 1,2 millones. Para que se haga una idea, es un 0,2 por ciento de lo que movió Santander, de media, en el mismo periodo.

Y aquí aparece uno de los principales problemas de estos valores: la volatilidad. "Una variación de 0,10 euros en una acción de 1 euro es muy significativa, aunque no parezca gran cosa, y esto hace que este tipo de acciones suela utilizarse en ocasiones por especuladores en busca de grandes revalorizaciones. Una volatilidad alta en una compañía puede ser un freno a la hora de que otros inversores (o incluso inversores profesionales) entren en la firma", aclara Victoria Torre, responsable de análisis y producto de Self Bank.