Bolsa, mercados y cotizaciones
Temor por lo que ocurra con un índice del miedo otra vez en niveles pre crisis
- El índice estadounidense VIX se sitúa en su nivel más bajo desde junio de 2007
- En la última década, cuando la volatilidad cayó a mínimos el mercado corrigió
¿Quién dijo miedo? El año comienza con una enigmática tranquilidad en los mercados. Los inversores se decantan por las compras en las bolsas y el indicador del sentimiento de mercado, el VIX, cae a niveles previos a la crisis. ¿Es momento entonces para comprar volatilidad y protegerse de posibles caídas futuras en los mercados? La historia ha demostrado que los mínimos del VIX suelen preceder una corrección en los mercados de renta variable que, consecuentemente, provocarán a su vez una subida posterior del índice de volatilidad.
"Cuanto más baja está la volatilidad, el riesgo de equivocarte comprándola, es menor. Pero la realidad es que puede llevar a apuestas agresivas. Cubrir con volatilidad posiciones compradas en otros activos de riesgo, como las bolsas, puede tener algo de interés", explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. Y, precisamente, ahora el índice estadounidense VIX, que mide las fluctuaciones del S&P 500, se sitúa en mínimos desde junio de 2007 al caer hasta algo más de los 13 puntos.
Según el analista independiente Alain Galibert, la volatilidad no es un indicador de riesgo, sino de oportunidad: "un VIX en mínimos nos indica un exceso de complacencia que se termina en caída del mercado, sin que lo haga de una forma mecánica, mientras que un VIX en máximos nos indica un exceso de pesimismo que anuncia un mercado alcista".
¿Niveles coherentes?
Los inversores parecen haber enterrado su hacha de guerra y menospreciar los problemas que se avecinan en la economía americana. Sin embargo, cada vez que la volatilidad ha caído a mínimos se ha producido una noticia desastrosa para los mercados. Y es que no todo está resuelto con el acuerdo sobre el precipicio fiscal -o Fiscal Cliff-, sino que el próximo mes republicanos y demócratas tendrán la ardua tarea de elevar el techo de deuda para evitar que EEUU entre en suspensión de pagos y la economía vuelva a recesión -algo, al mismo tiempo, poco probable-. El mismo problema que en el verano de 2011 le costó, por primera vez en su historia, la triple A de la agencia de calificación Standard & Poor's. ¿Son, entonces, lógicas estas cifras?
"Considero que los niveles actuales de volatilidad están infraponderando el riesgo y que, por tanto repuntará. No son coherentes con la sensación de incertidumbre que todos tenemos. Y cuando los bancos centrales repiten que: pueden tomar todas las medidas que sean precisas, de alguna forma están favoreciendo las posiciones cortas de volatilidad.", apunta Campuzano.
Los estímulos monetarios impulsados por los bancos centrales de EEUU y Europa -la Reserva Federal (Fed) y el BCE- ya trajeron en el pasado esta misma sensación de seguridad a los mercados. Hasta ahora en la última década se podían distinguir dos períodos en los que la volatilidad dio un respiro a los inversores al situarse por debajo de los 20 puntos, salvo en alguna sesión aislada. El primero de ellos abarca desde mediados de 2003 al mes de julio de 2007 y el segundo, más corto, en el pequeño lapso de tiempo comprendido entre el mes de marzo y julio de hace dos años.
En estos períodos la sensación de confianza llevó al conocido índice del miedo a mínimos para posteriormente incurrir posteriormente en niveles más peligrosos. Así por ejemplo, entre 2003 y 2007 los mercados celebraban el momento de crecimiento económico: el S&P 500 emprendía una tendencia alcista que le llevó desde los 879 puntos a los que cerró en 2002 a los 1.468 de finales de 2007 y la volatilidad marcaba mínimos históricos en enero de 2007 al perder los 10 puntos.
Sin embargo, este esplendor pronto encontró su suelo con la crisis de las subprime -hipotecas de riesgo-. La caída del gigante estadounidense Lehman Brothers y sus consecuencias en el sistema financiero internacional disparó la volatilidad a su nivel más alto de la historia, los 80,86 puntos -ver gráfico-.
En el segundo caso, la aparente tranquilidad de esos cinco meses de 2011 coincidió con el impacto del QE2. En este intervalo, y después de haber vivido un nuevo episodio de la crisis de deuda en Europa con Grecia como principal protagonista, la volatilidad llegó a bajar de los 15 puntos.
¿La historia se repite?
Otro ejemplo claro de que las políticas monetarias repercuten en la volatilidad de los mercados se puede comprobar en la evolución de los mercados desde que la Fed pusiera en marcha el QE3 en septiembre y de que en ese mismo mes el presidente del BCE, Mario Draghi, mostrara su intención de hacer todo lo que estuviera en sus manos para proteger al euro.
Desde entonces el índice VIX intensifica su caída moviéndose bajo los 20 puntos -ahora se sitúa en los 13,27 puntos, es decir, en mínimos desde junio de 2007-, con la excepción de los últimos días del año cuando se disparó con el problemático debate del Fiscal Cliff.