Bolsa, mercados y cotizaciones

Los metales básicos se calientan con el 'QE3'



    El plan de estímulo de Bernanke ha calado también en el mercado de materias primas. Desde que se anunció la nueva ronda de refuerzos monetarios el grupo de 'commodities' que más se ha revalorizado son los metales industriales. Aunque tras el optimismo inicial, las perspectivas de menor crecimiento de China han hecho mella en la escalada de alguno de estas materias primas

    El 13 de septiembre la Reserva federal americana desató un nuevo terremoto en el mercado tras anunciar una nueva ronda de estímulos monetarios o QE3 en el cual la autoridad monetaria americana aseguró que inyectaría 40.000 millones de dólares al mes en la economía americana hasta percibir que había signos de recuperación en el mercado laboral americano. El impacto de esa actuación se dejó notar en los mercados financieros. Por supuesto, las materias primas no se quedaron indiferentes tampoco a este nuevo estímulo monetario.

    No en vano, esta nueva ronda de estímulos se ha traducido en una depreciación instantánea del billete verde, y un dólar más débil repercute en un abaratamiento de las materias primas para los tenedores de otras divisas incentivando un aumento global de su demanda y, por ende, de sus precios.

    Sin embargo, varias sesiones después de la oleada alcista se han sucedido las correcciones pertinentes y tras bajar la marea sólo han quedado arriba el grupo de los llamados metales básicos como los que más se han revalorizado desde el QE3.

    En concreto, cinco son los metales que se mantienen en lo más alto: el níquel, el plomo, el zinc y el aluminio y cobre. Los cuáles en ese lapso se anotan alzas del 10,6, el 9,9 el 6,3 el 3,8 y el 3,5%, respectivamente. Unas subidas que se han traducido en que estos productos hayan alcanzado máximos desde abril, en el caso del níquel. Desde enero el plomo y el aluminio mientras que el zinc y el cobre están en sus niveles más altos desde mayo. Por otro lado, el fondo DBB de metales básicos, que invierte en aluminio, cobre y zinc, se anota un alza del 2,5% en ese intervalo.

    No todos los metales son iguales

    Por lo general, la evolución de la cotización de los derivados sobre metales industriales reacciona en la misma dirección en la que aumenta el apetito por el riesgo de los inversores, dada la volatilidad que tienden a manifestar sus precios. Además, guardan una relación directa con las perspectivas de crecimiento de la economía real. En este sentido, las nuevas dudas que afloran en la eurozona y, sobretodo, unas menores perspectivas de crecimiento en China que se esperan que se traduzcan en una menor demanda física de este país de materias primas son los principales factores que hacen mella en la escalada iniciada por estas commodities. No en vano, el gigante asiático es uno de los agentes principales para los materiales básicos en consumo y producción de éstos. No hay que olvidar que, Asia es el mayor productor mundial de metales industriales (ver gráfico). Sin embargo, el apetito de China por las materias primas no afecta a todas las commodities por igual. De hecho, las que más se han visto afectadas han sido el cobre y el aluminio mientras que el níquel, el estaño, el plomo y el zinc han encajado mucho mejor el golpe. La clave a esta diferente reacción se encuentra en el uso industrial de estos materiales básicos.

    Tanto el cobre como el aluminio guardan un denominador común. Se utilizan principalmente en la construcción, en el transporte y para la electricidad. En concreto en el año 2011 la producción mundial de cobre fue de 44,6 millones de toneladas el año pasado. De este total, un 25% se empleó en el sector de la construcción, otro 25% para el transporte y un 12% en tendido eléctrico. En el caso del cobre, la producción global fue de 19,8 millones de toneladas en 2011, las cuales fueron principalmente empleadas en la industria eléctrica (un 31%), en la construcción (un 25%) y el transporte (un 12%), sectores muy dependientes del crecimiento económico mundial.

    Sin embargo, la vinculación del zinc, plomo, níquel y estaño es menos dependiente de la expansión económica global y está más expuesta al devenir de sectores más concretos dentro de la industria. El zinc por ejemplo depende más del consumo mundial de metales y de la demanda de cobre, ya que un 47% de la producción mundial de Zinc en 2011 fue dedicada a la galvanización, es decir, recubrir metales con una fina capa de este elemento para protegerles de la oxidación. En un segundo plano, el 19% de la producción se dedicó a mezclarse con el cobre para fabricar latón. Además, el precio de este metal es de los mas vinculados a la cantidad de dólares en circulación.

    No en vano, los centavos de dólar desde 1983 se fabrican con zinc, por el encarecimiento del cobre que era el material con el que anteriormente se fabricaban. Algo similar sucede con el níquel. El 66% de su producción se dedicó a la creación de acero inoxidable y un 24% a la fabricación de otras aleaciones. En este ámbito destaca la aleación hierro-níquel que mantiene su fuerza a temperaturas muy elevadas, con lo que se usan muy frecuentemente en los motores de los jets.

    Por su parte, el estaño es un material que se emplea para la fabricación de soldaduras, hojalata y para fundirse con el cobre para dar lugar al bronce. No en vano, para esos fines el año pasado se dedicó un 52, 17 y un 5% de su producción mundial. En lo referente al plomo su aplicación para la industria esta ligada a la fabricación de baterías. El año pasado un 80% de la producción de plomo fue dedicada a tal fin. Concretamente, un 40% fue para baterías de automóviles, un 30% para baterías industriales y otro 10% se emplea en baterías para otro tipo de motores de combustión interna.