Los directivos de EEUU optan por vender cerca de máximos

Ante la duda, los consejeros de las compañías de Wall Street prefieren vender los títulos de sus respectivas empresas

Las dudas también asolan a los propios consejeros de las compañías norteamericanas, poco activos y priorizando vender títulos en lugar de comprar durante esta última temporada de resultados.

¿Demasiados frentes abiertos? Primero, la incertidumbre europea continúa sin resolverse -los mercados esperan a saber si Italia o España se acogerán a algún tipo de rescate-, a ello se suma el debate sobre la posibilidad de que la Reserva Federal active o no otra ronda de estímulos, un QE3.

Y, entre medias, la temporada de resultados no es que esté siendo brillante al otro lado del Atlántico. Las compañías norteamericanas están batiendo previsiones (han anunciado beneficios un 5% superiores a los que esperaban los analistas), pero la sorpresa en ventas es escasa (apenas han rebasado previsiones en un 0,4%). Y no es un momento en el que el mercado necesite dudas, porque los índices norteamericanos se encuentran a un paso de resistencias relevantes: los máximos anuales.

Hay que estar atentos a los 13.340 puntos del Dow Jones, a los 1.340 puntos del S&P 500 y sobre todo, a los 2.800 del Nasdaq, porque la tecnología se encuentra rezagada respecto a ambos índices, según los estrategas de Ecotrader. Cabe la posibilidad de que los dos primeros superen sus resistencias, apuntan estos expertos, pero no podremos lanzar las campanas al vuelo mientras el Nasdaq no pueda.

Según datos de Bloomberg, las compañías que han presentado resultados dentro del índice tecnológico (82 de 100) han batido previsiones en apenas un 1%, mientras que, en general, han defraudado directamente en los datos de ventas.

Con este cóctel, la indecisión es la tónica entre los propios consejeros de las empresas estadounidenses. Mientras el número de ejecutivos que compran títulos de sus propias empresas disminuía, el número de ventas de títulos alcanzaba mínimos desde octubre de 2011... hasta finales de junio, cuando se incrementó notablemente el número de consejeros que han optado por vender títulos de sus compañías.