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Sin excusa: clamor para que Draghi rebaje los tipos a mínimos históricos
La historia aguarda al Banco Central Europeo (BCE). La institución encargada de dictar los tipos de interés en la zona euro desde 1999; la entidad que tiene en sus manos el poder exclusivo de abrir y el cerrar el grifo del dinero en la región; el organismo que, por tanto, dirige el timón de la política monetaria en la Europa del euro, puede viajar hoy hasta donde nunca lo ha hecho.
En la reunión que celebrará en Fráncfort y de la mano de su presidente, Mario Draghi, podría situar los intereses bajo la cota del 1 por ciento. Jamás la ha traspasado. Ha habitado en ella durante dos fases distintas, primero entre mayo de 2009 y abril de 2011 y luego entre diciembre de 2011 y la actualidad, pero no ha ido más allá. Hasta ahora, que está previsto que se decida a hacerlo de una vez por todas.
Entre los expertos, más que un pronóstico, el recorte es una exigencia. 47 de los 63 analistas consultados por la agencia financiera Bloomberg vaticinan un descenso de un cuarto de punto, hasta el 0,75%, mientras que otros 5 se decantan por un tijeretazo mayor, hasta el 0,5 por ciento. ¿Y los 11 restantes? Pues creen que Draghi arrojará un jarro de agua fría sobre los inversores, que dan por hecha la rebaja, y mantendrá el precio del dinero en el 1 por ciento.
Le toca mover ficha
El mercado, sin embargo, asume que el BCE no tiene opción. Debe bajar los tipos. En los últimos meses, Draghi había reclamado más esfuerzos a los políticos. "La pelota está en su tejado", había expresado el banquero italiano para pedirles medidas que propiciaran una mayor cohesión fiscal y el saneamiento del sector bancario. Los resultados de la Cumbre de los días 28 y 29 de junio en Bruselas caminan en esa dirección, con lo que ahora le toca al BCE responder con nuevas iniciativas a los pasos emprendidos por los líderes europeos.
Y eso que, en las condiciones actuales, reducir los tipos no es una poción mágica. En tiempos normales, un banco central abarata el precio del dinero para reactivar el crédito y suavizar las condiciones financieras con el fin de estimular el crecimiento. Pero los de ahora no lo son; tal como están los bancos, que deben reforzar sus balances antes de volver a prestar, unos intereses más reducidos no se traducirán en más crédito. Pero esta realidad no desanima a los expertos. "No creemos que el recorte proporcione un impulso significativo, porque los tipos ya están bajos. Pero mostraría que el BCE está preparado para usar todas las herramientas de las que dispone", explica Marie Diron, Economista del Ernst & Young Eurozone Forecast.
Al mismo tiempo, y de forma clave en la actualidad, una rebaja de los tipos oficiales vendrá acompañada de un recorte en los intereses de la facilidad de depósito. Ahora están en el 0,25% y podría situarlos en el 0% o incluso en negativo.
La facilidad de depósito es un instrumento que el BCE ofrece a los bancos para que aparquen en él durante 24 horas la cantidad de dinero que estimen oportuno. Este mecanismo fue diseñado con la vocación de que las entidades sólo depositen el dinero que les sobre ocasionalmente, pero no para que lo usen de forma masiva. Pero esto es lo que está ocurriendo tras los dos préstamos a tres años (LTROs) que el BCE concedió a la banca europea en diciembre y febrero. Desde la primera de estas operaciones, la facilidad de depósito ha albergado una media de 659.000 millones de euros al día; desde 1999 hasta entonces, su media se limitaba a 30.150 millones.
En opinión de las firmas de análisis, resulta necesario que la banca deje de acudir a este mecanismo y haga circular su dinero. De ahí que el BCE pueda mutar ese 0,25% por un 0 por ciento -o por intereses negativos- "En la situación actual, el interés de la facilidad de depósito es la principal clave para los mercados monetarios. Situarlo en el 0% sería un gran paso, aunque no se trataría de una medida insuperable", opinan desde Royal Bank of Scotland (RBS).
¿Y comprar bonos? ¡No!
Lo sería si viniera acompañada de otros estímulos, como convocar nuevas inyecciones de financiación bancaria a largo plazo o retomar las compras de deuda pública en el mercado. Acerca de la primera, los expertos consideran que el BCE podría estudiarla e incluso sugerir que la adoptará en el futuro si resulta preciso, pero creen que no la usará por ahora. "Vemos probable que el BCE prepare el camino para un nuevo LTRO, sin descartar que incluso sea anunciado el jueves", vaticina José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
En cuanto a la posibilidad de reactivar el programa de adquisiciones de bonos, como ha reclamado la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, todo indica que el BCE ni siquiera lo estudiará. El gobernador del Banco de Holanda, Klaas Knot, lo dejó bien claro en una entrevista publicada en la revista Elsevier. "El programa de compra de bonos está en un sueño profundo, y seguirá ahí", aseguró.