Bolsa, mercados y cotizaciones

Un paso al frente firme y decisivo, pero no definitivo



    De Madrid a Pekín, los alcistas tienen más argumentos para levantar cabeza pero la inestabilidad aún no ha acabado.

    Primero llegó el rescate de nuestros bancos. Fin del culebrón, y un dolor de cabeza menos para los inversores internacionales. Después, China publicó sus datos económicos más importantes de mayo: feo, pero con rayos de esperanza ante la expectativa de estímulos después del recorte inesperado de los tipos de interés.

    Ambos anuncios pueden restablecer una sensación de optimismo en un mercado frustrado por la resistencia de los bancos centrales a ofrecer estímulos no ortodoxos para mantener la liquidez y las expectativas de crecimiento.

    El mensaje de los Gobiernos europeos ha sido claro: España es demasiado grande para caer y la queremos en la zona euro. Esto es bueno para la confianza en general, bueno para el euro y bueno para la estabilidad internacional. Traducido a términos de mercado, esto nos da más confianza en los recientes mínimos de mayo. Significa más gasolina para los activos de riesgo -con una duda recurrente respecto a los metales preciosos- y un respiro para las bolsas y los bonos de los mercados periféricos.

    Pero cuidado con el exceso de optimismo. El rescate es un parche que no solucionará las raíces de la crisis hasta que Francia y Alemania no acuerden una hoja de ruta común. No va a ser fácil tras la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas.

    Además, pese al apoyo al plan por parte de los líderes de la UE, sigue sin estar claro si el rescate aliviará la presión sobre España si el entorno internacional se oscurece. Tampoco borra las crecientes dudas sobre la economía italiana o las incógnitas de las elecciones griegas. Por no hablar del malestar de los países ya rescatados ante las condiciones acordadas a Rajoy.

    Lo mismo se puede decir de China. Los últimos datos no sugieren ningún tipo de aterrizaje brusco y abren más espacio para que actúe el Gobierno para estimular la economía. Pero el mercado no recuperará la confianza hasta que la demanda interna china muestre un punto de inflexión.

    Finalmente, no podemos olvidar los avisos que llegan desde EEUU. Si la economía no despega de nuevo en el segundo semestre -algo que sabremos en las próximas semanas-, crecerán las expectativas de otra recesión global a finales de 2012 y principios de 2013. No hay duda de que la semana empieza con argumentos para los que creen que la corrección ha terminado. Pero la inestabilidad no ha terminado. Aquellos inversores que tenían 'pólvora seca' disponible y se atrevieron en comprar cerca de los mínimos no tienen prisa para actuar.

    Con una exposición al riesgo alrededor de un 50-60%, ya se puede disfrutar el rally sin dolor de cabeza. Los demás no deben precipitarse: incorporarse en plena euforia siempre es peligroso si después de las alzas iniciales se repite lo que ocurrió ayer.