Bolsa, mercados y cotizaciones

La rentabilidad del bono marca un nuevo máximo anual al superar el 6%



    Austeridad y crecimiento. Dos palabras clave que si bien no han de ser antónimas per se, sí lo son cuando lo que se analiza es la situación económica que atraviesa España. Lo primero es lo que demandan los gobiernos de la Unión Europea, con Alemania a la cabeza, y lo segundo es lo que parecen estar demandando ahora los mercados. Esos que, ante la falta de visibilidad de crecimiento en España debido, entre otras cosas, al impacto que tendrán los fuertes recortes anunciados por el Gobierno de Mariano Rajoy en la economía, optan por responder vendiendo masivamente bonos españoles, lo que hace disparar su rentabilidad y también su prima de riesgo.

    Ayer no fue una excepción. Los inversores retomaron las ventas de bonos made in Spain y esto precipitó la rentabilidad de la deuda pública española a diez años por encima del 6%, su cota más alta desde el 30 de noviembre o, lo que es lo mismo, la cifra más alta en el año. Niveles que quizá podrían considerarse como suficientemente altos como para el Banco Central Europeo (BCE) retomase su programa de deuda pública periférica tras más de un mes de asueto. "Ahora es cuando el BCE, si no quiere tirar por la borda todo el esfuerzo realizado en los últimos meses para contener la crisis de deuda y evitar el colapso del sistema bancario, debe actuar con determinación y apoyar con compras en los mercados secundarios la deuda soberana de los países periféricos en apuros", exigen en Link Securities. De hecho, desde Morgan Stanley dan incluso la cifra de lo que el organismo podría comprar en deuda española e italiana. "Se ha comprado muy poco, por lo que creemos que se podrían adquirir 200.000 millones de euros en deuda italiana y otros 70.000 millones en bonos españoles, el doble de lo que ha comprado hasta ahora", explican desde la firma en una nota a clientes recogida por Bloomberg.

    ¿Cuándo se comprará deuda?

    Aunque desde Inversis consideran que el 6% es un nivel para plantearse la compra de bonos españoles, no parece que la institución monetaria esté aún por la labor de retomar su programa de compras. Pese a que la semana pasada Benoit Coeure, miembro del Comité ejecutivo del BCE, recordaba que la entidad tenía a su disposición esta herramienta, parece que aún no ha llegado el momento de utilizarla. De hecho, según se conoció ayer, entre el 9 y el 13 de abril el BCE no ha comprado ni un sólo euro en deuda pública europea por quinta semana consecutiva, lo que deja en 224.000 millones de euros la cantidad adquirida desde que inició este programa en mayo de 2010 (ver gráfico).

    Ante semejante situación empiezan a surgir las quinielas de cuándo el organismo presidido por Mario Draghi decidirá volver a comprar bonos. Desde Bankinter auguran que no lo hará a no ser que la rentabilidad del bono español supere el 7% de rentabilidad "algo que no creemos llegue a producirse, por otra parte", afirman. Pero desde Natixis consideran que de nada valdría que el BCE retomara su programa de adquisiciones de bonos, a no ser que éste se viera acompañado de una mejora de las perspectivas económicas. "Si no hay mejora en las previsiones económicas, las compras del BCE no podrán cambiar la fotografía y la prima de riesgo seguirá siendo elevada", afirma Philippe Waechter, economista jefe de la gestora. De momento, desde Deutsche Bank pronostican que España no volverá a crecer hasta el año 2013 mientras que en Saxo Bank no vislumbran crecimiento hasta 2014.

    Sin crecimiento de poco valdrán, o eso parecen pensar los mercados, las medidas de austeridad anunciadas en las últimas semanas para contener el déficit del 8,5 al 5,3% para este año. Y esto explica el fuerte rally que está experimentado la prima de riesgo. Sin ir más lejos, ayer marcó niveles no vistos desde noviembre del año pasado al superar los 435 puntos básicos, por lo que ya repunta un 33% en lo que va de año. No fue la única. También la italiana firmó un nuevo incremento, hasta los 386 puntos básicos, frente a los 378 puntos a los que cerró el viernes, y la francesa, en plena campaña electoral, lo hizo hasta los 130 puntos básicos. Por el contrario, el bono alemán siguió actuando como uno de los refugios preferidos de los inversores, lo que llevó a su rentabilidad a caer hasta el 1,71%.

    El miedo a que España incumpla su compromiso de déficit también se notó en sus CDS (seguros contra el impago). Tanto que estuvieron entre los tres que más subieron del mundo ayer -los primeros fueron los de Argentina- hasta marcar un nuevo máximo histórico en los 512 puntos.