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Los inmigrantes cuentan pero no votan en las elecciones



    MADRID (Reuters) - El medio centenar de inmigrantes que hacen cola para renovar el permiso de residencia ante un edificio gubernamental en Madrid no puede votar en las elecciones del 9 de marzo, pero consideran que son uno de los principales temas.

    Sus preocupaciones como trabajadores son similares a las de los españoles que se enfrentan al final de la boyante época económica por la subida dela inflación y el desempleo.

    Pero los extranjeros no pueden votar el 9-M. La Constitución permite votar a ciudadanos de terceros países gracias a los acuerdos de reciprocidad.Actualmente, sólo Noruega tiene uno así en vigor.

    A Herbert Lawani, nigeriano de 27 años con su propio negocio de gestión de activos, le gustaría votar al Partido Popular, porque cree que volvería aimpulsar la economía.

    El PP, sin embargo, ha convertido la inmigración en uno de los grandes temas electorales, calificándola de "problema" y proponiendo medidas paraobligar a integrarse a los inmigrantes, incluida la restricción del uso del pañuelo.

    "Me gustaría votar, pero no creo que pueda", dijo Lawani, vestido con chaqueta de cuero y camisa bien planchada, que llevaba a un niño pequeñoen un cochecito nuevo.

    Lleva viviendo en España nueve años y la repentina subida de los precios le preocupa. "Lo veo muy difícil ahora, no es como antes", dijo. "Inclusolos españoles se quejan".

    Los grupos más numerosos de inmigrantes son marroquíes, latinoamericanos y europeos del Este, muchos de los cuales vinieron en la primera mitadde la década buscando trabajo en el ahora mortecino sector inmobiliario.

    El número de residentes extranjeros sobrepasó por primera vez los cuatro millones en 2006 alcanzando el nueve por ciento de la población, un índicede crecimiento más rápido que en el resto de Europa.

    POSICIÓN DURA

    Estos inmigrantes de primera generación llegaron a España durante un periodo de fuerte crecimiento económico y sus empleos, muchos temporales,son ahora vulnerables.

    El PP espera que una postura dura sobre la inmigración le ayude a arañar votos entre la clase trabajadora, preocupada por la seguridad en el empleoa medida que se desacelera la economía.

    El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se cuida de no aparecer como indulgente ante la inmigración, a pesar de calificar dexenófobas las propuestas de la oposición.

    Su Gobierno concedió papeles a casi 700.000 ilegales en 2005 en un intento por recaudar más impuestos. España, con uno de los índices denatalidad más bajos de Europa, depende de los trabajadores extranjeros para llenar las arcas públicas.

    "La legalización de esos trabajadores fue realmente una medida muy positiva, pero generó una percepción negativa de la inmigración en la opiniónpública", dijo Ricard Zapata-Barrero, profesor de política en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.

    Los españoles sitúan la inmigración como una de sus principales preocupaciones en los sondeos de opinión, junto al paro y al terrorismo.

    "Necesitamos la inmigración, pero dentro de un orden", dijo Pilar Torio, de 29 años, embarazada de su cuarto hijo, mientras vigila a sus pequeños enun parque junto a la Cañada Real, una de las zonas deprimidas de la capital de España.

    "Quería llevar a mis hijas a una guardería pública aquí y no pude porque todas las plazas se las llevaron hijos de inmigrantes, y muchos son ilegales",dijo.

    De nuevo en la cola de los permisos de trabajo y residencia, la empleada de supermercado Luz Adriana Ochoa Calderón, colombiana de 28 años,dice que le gustaría votar a los socialistas, porque le gusta que hayan dado más oportunidades a las mujeres.

    "Los inmigrantes nos merecemos votar, tenemos los mismos derechos por el mero hecho de estar aquí", dijo. "Pagamos impuestos, así que ¿por quéno podemos tener derechos?".

    /Por Sonya Dowsett/