Bolsa, mercados y cotizaciones
El temor continúa afincado en España: la bolsa desciende al nivel más bajo de 2012
Poco duró la tregua en la bolsa española. El Ibex 35 rompió ayer el tono alcista de las dos sesiones anteriores, al acusar una vez más las crecientes dudas sobre la capacidad de España para cumplir con su objetivo de déficit público. Las altas tasas de desempleo del mes de marzo y la previsión de que el endeudamiento público suba este año a cerca del 80% del PIB, frente al 68,5% de 2011, tampoco ayudaron al índice español a aguantar por encima de los 8.000 puntos -una cota que el Ibex 35 ya ha perdido tres veces en una sola semana- ni a evitar que marcase mínimos desde noviembre.
Los recortes presupuestarios y el nuevo récord de más de 4,75 millones de parados anunciados ayer por el Ejecutivo de Mariano Rajoy volvieron a generar incertidumbres en un mercado preocupado porque estas medidas puedan agravar aún más la ya mala situación económica. Y más cuando el propio Gobierno no pinta un futuro más esperanzador al calcular que en el presente ejercicio la cifra de desempleados pueda rebasar los 5,6 millones. Ante estas expectativas, el Ibex se despidió con la tercera mayor caída del año (2,7%), que le llevó hasta los 7.824 puntos, aunque durante la jornada llegó a alcanzar los 8.072 puntos.
Las compañías de infraestructuras no tardaron en reaccionar al recorte en las partidas, ya que fueron junto a los bancos los sectores que acapararon los números rojos más pronunciados. Ferrovial y Bankinter fueron los valores más bajistas al caer un 6,4 y un 5,8%, respectivamente.
Sin embargo, estos valores no fueron los únicos que sufrieron el castigo de los inversores. El ataque vendedor hizo que 20 valores del indicador español cerraran en mínimos anuales (ver gráfico). El Santander fue el único representante del sector bancario español que resistió a fijar nuevos suelos, aunque la caída se aproximó al 4%.
"Los bancos españoles están bajo presión por las dudas sobre nuestro país en torno al cumplimiento de déficit [el objetivo es rebajarlo al 5,3% en 2012], de los presupuestos y del desempleo. Además, los bancos están presionados por la propia reforma financiera", asegura Daniel Pingarrón, analista de IG Markets.
Más percepción de riesgo
Si algo está claro es que las medidas planteadas y los Presupuestos Generales del Estado no consiguen convencer en el exterior y apagar la mecha del riesgo. Tanto es así que ayer mismo Merrill Lynch y Citi volvieron a centrar sus ataques en España. "Parece probable que España entre en algún tipo de programa de la Troika este año", reiteraron desde Citi. Una afirmación que se produce una semana después de que Bruselas pactara un fondo de rescate con una cantidad (700.000 millones) que permitiría rescatar a España o Italia. Nourial Roubini va más allá al asegurar que España debería abandonar el euro, junto a Irlanda, Portugal, Italia y Grecia.
España vuelve a estar en el punto de mira y eso se nota en la percepción del riesgo. La rentabilidad de los bonos españoles a 10 años ascendió del 5,34 al 5,44%, lo que llevó a la prima de riesgo a escalar desde los 354 a los 365 puntos básicos. Un incremento que también fue evidente en Francia, donde el diferencial repuntó cerca de un 2% hasta los 111 puntos básicos, y en Portugal. El país luso sufrió en primera persona el desconcierto que existe con España. Su prima de riesgo superó los 1.003 puntos básicos, desde los 986 puntos, después de que la Comisión Europea admitiera en la sesión que el empeoramiento de la situación hispana obliga a rebajar la previsión de crecimiento en Portugal para este año, al ser su principal socio comercial, y complica su rescate. "Lisboa no necesitará un segundo paquete de ayuda como Grecia porque está aplicando los ajustes al pie de la letra, pero el veredicto final lo tienen los mercados", dicen.
La Fed supedita el 'QE3' a un enfriamiento de la economía
El Banco Central Europeo (BCE) celebra hoy su reunión de política monetaria con un nuevo dilema entre sus manos. En un extremo presiona la inflación, impulsada por el alto precio del petróleo; y en otro, la recesión, cuya llegada han anticipado las últimas encuestas de actividad empresarial conocidas en la eurozona. Mientras que los precios no permiten un recorte de los tipos de interés, la sombra de la contracción económica demanda una rebaja del precio del dinero. Por el momento, todo indica que el BCE no moverá ficha y mantendrá hoy los intereses en el 1%. Otra cosa será lo que haga más adelante si, como parece, la recesión impone su ley. "Hoy no espero nada de la autoridad monetaria europea. Pero tendrá que tomar nuevas medidas en el futuro. Uno o dos recortes adicionales de los tipos de interés y quizás, sólo quizás, nuevas medidas expansivas que aumenten su balance", sostiene José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
Por su parte, la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, publicó ayer las actas de su última reunión, celebrada el 13 de marzo. Este documento reflejó que la entidad supeditará la adopción de más estímulos (QE3) a que la economía se debilite o a que la inflación permanezca bajo el 2% a medio plazo, unos supuestos que disgustaron a Wall Street. Al mismo tiempo, la entidad teme que "la mejoría del mercado laboral disminuya conforme avance el año".