Bolsa, mercados y cotizaciones
El coste de financiación subirá más de 5.000 millones en las firmas del Ibex 35
- Incremento del 2% en la deuda de compañías no financieras
- Por cada punto porcentual de subida, los intereses crecerán 2.500 millones
En las últimas emisiones de deuda pública española, el Estado se ha encontrado frente a frente con unos inversores que exigían una rentabilidad muy alta, la más elevada desde 1997 para algunos vencimientos. A una situación parecida se tendrán que enfrentar las empresas cuando acudan a pedir financiación al banco o quieran encontrar capital en los mercados mediante emisiones de deuda.
El aumento del coste que sufre el Tesoro se reflejará directamente en las cotizadas del Ibex, que pueden encontrarse con más de 5.000 millones de euros adicionales a pagar -sin incluir a la banca- si el interés que se les exige sube a la par que el coste de financiación al que emite el Estado.
Es evidente que las compañías tendrán una gestión de la liquidez y el circulante con más dificultades que antes. "El año 2012 va a ser un ejercicio complicado en cuanto a financiación para las empresas. Una compañía, en principio, tiene más riesgo que un país y, por ello, debería dar un diferencial respecto al Estado", señala Iván San Félix, de Renta 4. Y si la deuda pública cada vez ofrece más rentabilidad, a las compañías se les está subiendo el listón mínimo tanto para cuando acuden a los mercados como para cuando se sientan con el banco.
La evolución del precio que ha tenido que pagar el Tesoro por cualquiera de sus activos ha sido claramente al alza durante este año. Un ejemplo. La última subasta de letras a 12 meses se saldó con un rendimiento medio superior al 5%. Mientras que la primera emisión de deuda a un año, que se subastó a mediados de enero, sólo costó un 2,95% de interés. Es decir, que en este tiempo el Estado ha asumido un incremento de 200 puntos básicos -ó 2 puntos porcentuales- por obtener financiación en los mercados.
Si este mismo aumento se da en el coste medio al que se enfrentan las compañías, el interés pasaría de rondar el 5% actual a situarse alrededor del 7. En dinero, esto equivale a una subida en el pago de intereses de al menos 5.000 millones de euros para las cotizadas -excluyendo a las entidades bancarias-, teniendo en cuenta que, en conjunto, la deuda estará en torno a los 250.000 millones en 2012.
Problemas en todos los frentes
Las empresas tienen dos dificultades a la vista. Por un lado, la refinanciación de la deuda a través de préstamos bancarios no será tarea fácil. Las entidades también exigirán más garantías -que al final son un mayor interés- y en cierta manera también cerrarán el grifo porque ellas mismas se verán perjudicadas para captar fondos.
Es cierto que hay factores que deberían mejorar las condiciones crediticias, como la progresiva rebaja de tipos oficiales que se espera que continúe el Banco Central Europeo (BCE). Pero, "la financiación se va a encarecer incluso en una situación de bajada de tipos de interés", apunta San Félix. Y es que, aunque el coste de financiacón esté correlacionado con la curva del tipo oficial del dinero, por mucho que el euribor debiera mejorar gracias a ello, "el diferencial que cobran los bancos está aumentando", explica el analista.
Si el cara a cara con el banco se complica, las compañías al final tienen que plantearse otras alternativas para refinanciar su deuda. Pero las emisiones de estas empresas, la llamada deuda corporativa, se encuentra ante la misma problemática. "El encarecimiento de la financiación para las empresas está más que asegurado dado que cualquier entidad que se vea en la necesidad de emitir deuda deberá hacerlo necesariamente con un margen (spread) a la que está emitiendo el Estado", comenta Manuel Campos, de Serfiex.
Este interés adicional puede costar muy caro a las compañías. Caro no sólo en cuanto a precio, sino también porque en muchos casos este punto de partida para salir al mercado puede frenar a las empresas. "Los pagarés están compitiendo con las letras del Tesoro y los depósitos y con esos intereses tan altos a veces ni siquiera interesará emitir deuda", opinan en Renta 4. Es decir, que habrá compañías que se queden fuera en esta lucha por captar financiación.
Pero las cotizadas no serán las únicas perjudicadas; las consecuencias se trasladarán en cadena. "Sus efectos no sólo se quedan en el Ibex, sino que pueden lastrar el crecimiento económico general", advierten desde Serfiex, e inciden en las repercusiones indirectas que tendrá al final en la inversión de las empresas y en el consumo.
Más pruebas
Hay más signos que demuestran que las dificultades que está teniendo el Estado para colocar su deuda ya está repercutiendo en las cotizadas. Además de los problemas propios de las compañías, el repunte del riesgo país se esconde detrás del aumento del precio de los seguros con los que los inversores se protegen en caso de impago (CDS, por sus siglas en inglés). Los CDS de gigantes no financieros como Telefónica o Iberdrola suben más de 250 y de 125 puntos básicos en 2011.