Bolsa, mercados y cotizaciones
La justicia investiga el multimillonario fraude que la SG atribuye a 1 hombre
Mientras agentes de la brigada financiera se incautaban de documentación en el rascacielos del barrio financiero de las afueras de París que alberga la central de SG y la casa del operador, el banco revelaba algunos detalles del caso que le ha costado la mayor parte de sus beneficios de 2007.
Los investigadores aseguraron haber obtenido "pruebas útiles", en su mayor parte ficheros informáticos, en la sede de SG sobre la actuación de Jerôme Kerviel, el operador de 31 años al que el banco acusa de haber actuado de forma fraudulenta en este caso.
El joven no se encontraba en su domicilio durante el registro y, por el momento, no ha prestado declaración ante los agentes, que se vieron obligados a desmentir los rumores sobre su fuga.
Según la Fiscalía, Kerviel se encuentra en Francia y pronto dará a los investigadores su versión de los hechos.
Mientras, el banco ofreció la suya por boca de su presidente, Daniel Bouton, que concedió una entrevista al diario "Le Figaro" en la que cargó todas las culpas en Kerviel, al que acusó de haber falseado informaciones para ocultar a la entidad que estaba asumiendo con sus inversiones enormes riesgos.
La versión del patrón del banco contrasta con otras opiniones que dudan de que un simple operador de mercados pueda poner en jaque las finanzas de la tercera entidad crediticia de Francia.
Algunos medios y políticos consideraron que SG aprovechó el fraude de Kerviel para esconder pérdidas ligadas a la crisis de las hipotecas de riesgo en Estados Unidos y no falta quien asegura que el banco quiso tapar la operación del inversor y eso provocó la fuerte caída de las Bolsas del pasado lunes.
Bouton consideró descabelladas estas teorías y consideró a Karviel el único responsable de un fraude que ha obligado a la entidad a emprender una ampliación de capital de 5.500 millones de euros.
Karviel era un operador que se dedicaba a la compraventa de títulos para aprovechar pequeñas diferencias de cotización en los mercados y lograr así beneficios.
Sus operaciones debían ser, en teoría, de pequeña magnitud, para lo que el banco tiene instalados sistemas de control que avisan de riesgos elevados.
Sin embargo, según la entidad, Karviel conocía los sistemas informáticos de control y los manipuló para evitar que dieran la señal de alerta.
Así, siempre según la versión de SG, el operador efectuaba operaciones reales con las que corría grandes riegos que él mismo ocultaba mediante otras ficticias, introducidas de forma fraudulenta en los sistemas informáticos del banco.
El edificio levantado por Karviel funcionó bien durante 2007, cuando las Bolsas tuvieron una evolución positiva, pero comenzó a dar signos alarmantes cuando a principios de 2008 los mercados registraban pérdidas.
"Este triste asunto se tornó en una tragedia griega", afirmó el presidente del banco, quien se dijo víctima de una conmoción cuando conoció la amplitud del caso el pasado viernes.
Hasta el domingo no descifraron la compleja operación tramada por Karviel y, cuando el lunes trataron de desmontarla vendiendo lo que el empleado había comprado, se encontraron con unos mercados bursátiles en caída libre.
Según Bouton, las inversiones de Karviel no registraban pérdidas el viernes al mediodía, pero por la noche ya suponían 1.400 millones de números rojos.
El lunes, cuando se deshicieron de la inversión, el agujero alcanzaba los 4.900 millones de euros.
El escándalo saltó a la luz pública y con él multitud de interrogantes que la investigación de la justicia deberá responder. EFECOM
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