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Los niños, nuevos objetivos en la guerra del narco en México



    TIJUANA, México (Reuters) - Los violentos sicarios del narcotráfico en México están rompiendo un tradicional código de honor al asesinar a niños, en un nuevo y oscuro capítulo de la guerra de drogas que el presidente Felipe Calderón trata de controlar.

    Hasta los endurecidos habitantes de Tijuana, donde el año pasado más de 300 personas fueron asesinadas en actos violentos vinculados con el narcotráfico y donde han aparecido cabezas de víctimas en calles de la ciudad, se vieron sacudidos por las fotografías del cuerpo acribillado del pequeño José Luis Ortiz.

    Ortiz, su madre y su padre fueron tiroteados mientras dormían el lunes por la noche. Los sicarios confundieron al padre del niño con un oficial de policía y no tuvieron escrúpulos para matar al pequeño.

    "Esto es una nueva estrategia para atacar a familias y a niños como respuesta a los operativos militares del Gobierno contra los cárteles. Quieren sembrar terror y miedo para agobiar a las autoridades", dijo Victor Clark, experto en narcotráfico de la San Diego State University.

    Pero, en medio de una guerra entre cárteles por el control de las rutas del tráfico y el despliegue de 25,000 soldados y policías federales para combatir al narcotráfico, la violencia se ha disparado a niveles inimaginables y muchos traficantes se han hecho adictos a su mercancía.

    Docenas de menores fueron evacuados del lugar, muchos de ellos transportados en brazos por soldados enmascarados, según mostró la televisión.

    Calderón ha hecho del combate a los cárteles de la droga una prioridad desde que asumió el poder hace un año. Buena parte de esta campaña se ha centrado en Baja California, el estado más golpeado con más de 400 muertes vinculadas al narcotráfico.