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Llevan el cadáver de Bhutto a su pueblo, crece tensión Pakistán



    NAUDERO, Pakistán (Reuters) - El cadáver de la líder opositora pakistaní Benazir Bhutto llegó el viernes al pueblo de su familia para ser enterrado al día siguiente de que su asesinato hundiera al país con poderío nuclear en una de sus peores crisis en sus 60 años de historia.

    Varios dirigentes mundiales pidieron al país que no se desvíe del camino hacia la democracia, a medida los temores a una mayor inestabilidad en la región de la mano del radicalismo islamista sacudió los mercados.

    "Mostrad paciencia. Dadnos valor para soportar esta pérdida", les pidió Zardari.

    Pero cuando abandonó un mitin en el que habló de amenazas a su vida, se levantó del vehículo blindado para saludar a sus simpatizantes y un atacante le disparó en la cabeza y el cuello antes de inmolarse, causando la muerte de otras 16 personas, dijeron la policía y un responsable de seguridad.

    A través de Pakistán, un país acostumbrado a la violencia política y gobernado por militares durante más de la mitad de su vida, simpatizantes y detractores se mostraron conmocionados por la muerte de una mujer criticada por algunos como una líder que disfrutaba de la riqueza de una dinastía familiar.

    Al menos cuatro personas murieron en Karachi, la capital de Sindh, en los actos de violencia tras conocer su muerte. El viernes un hombre sin identificar mató a tiros a un agente de policía en esta ciudad.

    Musharraf impuso un estado de excepción en noviembre en lo que fue calificado como un intento por detener un proceso judicial para vetar su reelección como presidente, pero decidió levantarlo a principios de mes.

    Estados Unidos, que considera a Pakistán como un aliado en su lucha contra al Qaeda y los talibanes en la vecina Afganistán, había apoyado a Bhutto como la mejor esperanza de un retorno a la democracia. La fallecida líder se educó en Oxford y Harvard.

    Analistas consideran con la muerte de la líder opositora, que sigue a una ola de ataques suicidas y a un fortalecimiento de la insurgencia islámica, podría hacer imposible seguir adelante con la elección prevista para enero.

    "No nos quedaremos sentados ni descansaremos hasta librarnos de estos terroristas, arrancarlos de raíz", dijo.

    El pasado octubre regresó tras ocho años de autoexilio, y ese mismo día sufrió un atentado del que salió ilesa pero en el que murieron más de 100 personas.