Bolsa, mercados y cotizaciones

Existen causas reales de preocupación tras los vaivenes del mercado

  • No son todos rumores en la caída de la bolsa


En la eterna batalla entre el miedo y la avaricia estos días estuvo ganando el miedo. Y hay razones para ello. El contagio de los problemas de deuda europeos, la inestabilidad de las finanzas públicas de EEUU y unas perspectivas económicas cada vez más débiles han contribuido a los bruscos vaivenes del mercado.

 Poco importa si esta crisis es igual, mejor o peor que la de 2008. Los inversores están muy asustados y la pregunta que se hace la mayoría es qué podrá calmar estos temores.

"La aleatoriedad absoluta en las transacciones de los últimos días ha sido totalmente extraordinaria y en nuestros más de 35 años de experiencia nunca habíamos visto algo así" reconoce el gestor de hedge funds Dennis Gartman en carta diaria. En este aspecto, sí se parece a 2008. Entonces el uso de superlativos para describir las condiciones del mercado fue también muy elevado.

En lo que también es similar es en rechazo inicial de los rumores lo que más se parece a la situación actual. La crisis entonces comenzó con rumores, que se fueron incrementando, sobre la estabilidad de las más destacables firmas de Wall Street, como Bear Stearns. Entonces las especulaciones sobre la falta de liquidez de Bear fueron desechados y, después, hubo una retroalimentación que provocó que, al final, el banco se hundiera tras sufrir posiciones cortas y la falta de apoyo para cubrir las necesidades de liquidez que tenía.

El regreso de la recesión

Tres años después del inicio de la crisis financiera se vuelve hablar de recesión. Y tiene sentido. Existen debilidades económicas que han provocado la sacudida de los mercados. Por ejemplo, el jueves se publicó que el déficit comercial de Estados Unidos se elevó hasta 53.100 millones de dólares, un 10% por encima de lo previsto.

A veces, el incremento del déficit comercial se puede deber a razones positivas, como una mayor demanda de bienes importados. Pero en este caso el problema es que el resto de países no están comprando bienes estadounidenses; las exportaciones han caído con fuerza.

La cuestión es que el PIB de EEUU, que ya se encuentra muy por debajo de lo que debería si la economía se estuviera recuperando, se va a debilitar más, según las estimaciones que ya están presentando algunos analistas.

Además del comercio exterior, se pueden mirar otras variables para comprobar la situación. Los bancos estadounidenses, pese al discurso de que están bien capitalizados y que no tienen una excesiva exposición a la crisis de deuda europea, han recibido una auténtica paliza últimamente.

Un analista de Rochdale Securities comenta en declaraciones a la CNBC que el golpe recibido por el sector financiero se explica por unos requerimientos de capital más estrictos y por unos tipos de interés prácticamente en el cero por ciento, que hace que prestar dinero no sea lucrativo. "Con estas limitaciones los bancos deben reducir sus balances y cambiar sus modelos de negocio para poder mantener sus beneficios. Y lo que no parece probable es que vayan a hacer es ampliar el crédito para ayudar a que la economía crezca", señala Rochdale Securities.

Según el analista, lo que está sucediendo ahora no es una repetición de lo que ocurrió en 2008, sino una continuación, ya que las pérdidas se han desplazado desde el sector privado hacia el público. Y añade: "Aunque Estados Unidos puede imprimir dinero y pedirlo prestado, está tan en quiebra como los países europeos. Cubrir el déficit y pagar la deuda con fondos prestados, algunos de ellos recién imprimidos, no es cubrir los requerimientos de deuda".

Las preocupaciones del mercado sobre la existencia de una crisis en alguna parte parecen basarse tanto en razones fundamentadas como obedecer a supersticiones, aunque los inversores no sepan determinar dónde está exactamente esa crisis. Rick Bensignor, responsable de estrategia en Dahlman Rose resume así la situación: "Existe paranoia en el mercado y también hay razones reales".