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Cuenta corriente vs. cuenta ahorro: ¿quién da más?
Hasta hace unos meses, las funciones de los diferentes tipos de cuentas bancarias estaban muy claras: las cuentas corriente servían para gestionar nuestras finanzas y realizar operaciones (transferencias, traspasos, domiciliación de recibos...) y las cuentas ahorro, para ingresar un dinero en el banco a cambio de rentabilidad y lograr reunir unos ahorros.
Pero ahora que el objetivo primordial de los bancos es captar capital y para ello no paran inventar nuevas y atractivas ofertas, la barrera entre estos dos tipos de productos se ha difuminado y ya es posible encontrar cuentas corriente con alta rentabilidad, y la ventaja añadida de poder realizar toda la operativa.
En este panorama, ¿qué cuentas son más rentables: corriente o ahorro?
Los cálculos que hemos realizado con las 5 mejores cuentas remuneradas de cada categoría demuestran que la rentabilidad no depende tanto del tipo de cuenta como de cada oferta en particular. Además, es posible extraer algunas conclusiones.
En estos momentos, la oferta más rentable del mercado es una cuenta corriente, la Cuenta Nómina Bankinter, que renta 200 ? en un solo año (más 150 ? el segundo) con una inversión de 5.000 ?. Aunque es también la única que obliga a un compromiso de permanencia de 24 meses.
Si hablamos de rentabilidad media, las cuentas corriente superan a las ahorro, con 124,16 ? contra 82,66 ? por cada 5.000 ?.
Para saber qué oferta es más rentable, más que atender a la rentabilidad TAE hay que fijarse cuántos meses se mantendrá esta rentabilidad. Por ejemplo, sacaremos más dinero de la Cuenta Azul de iBanesto que de la Cuenta Premier Bienvenida IBD de Ibercaja, aunque la TAE de su publicidad sea superior, porque mientras una lo mantiene durante 6 meses, la otra solo la ofrece durante 3 meses.
Domiciliar la nómina suele ser sinómino de ventajas, pero no siempre. La Cuenta Doble Click Caja España es una de las cuentas corrientes más rentables sin exigir esta domiciliación.
La gran ventaja de estas cuentas, ya sean corriente o ahorro, es que ofrecen unos intereses tan altos como los de un depósito a plazo pero con la ventaja de poder llevarnos nuestro dinero en cualquier momento. Una buena idea entonces es cambiar a otro banco pasado el periodo de máxima rentabilidad.
En resumen, la rentabilidad de cuentas corriente y ahorro es similar y depende de las ofertas vigentes en cada momento, por lo que decidir entre uno u otro tipo dependerá de otros factores, como la capacidad de operativa u otros intereses. Por ejemplo, si tenemos un depósito en el mismo banco, podemos vincularlo a una cuenta ahorro y, en un ejercicio de rizar el rizo, obtendríamos rentabilidad de la rentabilidad del depósito. Se trata de aprovechar al máximo las atractivas ofertas nacidas de la denominada ?guerra del pasivo?.