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Una ciberabuela gallega conquista Internet a los 95 años



    SANXENXO, Pontevedra (Reuters) - ¿Demasiado mayor para enfrentarse a las nuevas tecnologías? Nunca es tarde para nada, ni siquiera para convertirse en la que es probablemente la bloguera más anciana del mundo siendo casi centenaria.

    María Amelia López, la protagonista de este inusitado éxito, camina ayudándose con un bastón y luce un cabello blanco brillante que peina con detalle al saberse ya una estrella de la Red y de los medios. Su vitalidad y curiosidad la han hecho viajar virtualmente desde la aldea gallega en la que vive hasta los hogares de miles de personas que le envían mensajes desde lugares antes tan remotos como Brasil, Rusia o Japón.

    "Cuando vi usar Internet a mi nieto ya me interesó. Yo dije '¿pero esto que es? ¡Aquí se sabe de todo! Yo quiero un Internet'", relata María Amelia, que debido a las cataratas que sufre y que le impiden ver bien la pantalla cuenta con la ayuda de su nieto Daniel para redactar en sus ratos libres las respuestas a los miles de mensajes que recibe.

    Hasta ahora, esta mujer gallega que ya es bisabuela y a la que le gusta narrar en su diario online historias de su infancia, de su tierra, de la Guerra Civil y hablar sobre política, no se explica el éxito de su bitácora.

    "El que se quedó más sorprendido con el éxito fue mi nieto, porque me tenía que teclear mucho y él tiene que trabajar. Yo le dije 'tú me lo regalaste y ahora tienes que seguir'. Está asustado porque ahora esto ya es universal, escriben los árabes, gente de todas las ciudades del mundo, de los cinco continentes, de todas partes", afirma entusiasmada.

    María Amelia reconoce haberse sentido impresionada por las posibilidades que ofrece Internet, en un país que sigue una tendencia mundial y donde la población mayor se ha multiplicado por siete en el último siglo y cuyos cambios estructurales, en paralelo a una revolución tecnológica, acarrean el riesgo de caer en la denominada "brecha digital".

    "Internet me ha dado vida, yo era comunicativa pero ahora me noto querida, arropada, porque son muchos los que me escriben, y mucho lo que me cuentan, y me hacen revivir", dice, y afirma segura que su vida hubiera sido muy diferente de haber contado con esta tecnología en su juventud.

    "La brecha de edad es más significativa que la de renta, género o tamaño de población e, incluso, mayor que la de nivel de educación. Eso significa que, como es de esperar, hay menos internautas cuanto más subimos por la pirámide de la población", explica Domingo Laborda, director del Observatorio de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información de Red.es, entidad del Ministerio de Industria.

    "Es un fenómeno digno de tener en cuenta, porque el porcentaje de utilización crece de manera más fuerte que en los otros grupos de edad", explicó Antonio Argüeso, subdirector general de Estadísticas y Análisis Sociales del INE.

    "A las ancianas, ahora nadie las hace caso. Poca gente las quiere. Yo me llevé una sorpresa con Internet porque niños de 18 años, de 14 y de 15, me cuentan sus vidas y su parecer y me piden consejos", afirma María Amelia.

    "Aunque nada puede sustituir las necesidades afectivas, Internet puede ser un medio de comunicación, con el correo, el chat o la mensajería, o una fuente de distracción adaptable a las propias preferencias y que siempre está ahí", señala Laborda.

    "Les diría que no tengan miedo a esto, al contrario, vivirán mejor comunicándose con Internet (…) A mí eso me entretiene y me hace pensar, discurrir, mi cerebro trabaja y no pierde memoria. Si no se habla con nadie, ni se ve a nadie, va consumiéndose la inteligencia".

    /Por Raquel Castillo/