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Cumpleaños infeliz: el fondo europeo de rescate no tiene nada que celebrar
- Hoy, 10 de mayo, se cumple el primer aniversario del rescate de Grecia
Hace un año, Europa, en colaboración con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se pertrechaba con un nuevo mecanismo financiero. Su nombre, Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF), aunque pasó a ser más conocido como fondo de rescate.
Su misión era doble. En primer lugar, proporcionar a la zona euro un instrumento oficial y público con el que acudir en auxilio de los países miembros que pudieran tener problemas para afrontar el pago de su deuda y cubrir, de este modo, el vacío que había demostrado el rescate de Grecia, tejido de forma improvisada por Bruselas y el FMI a finales de abril sin que existieran unas líneas de actuación definidas al respecto.
Y en segundo lugar, lanzar un mensaje a los mercados: Europa estaba unida y se había edificado un escudo protector dotado hasta con 750.000 millones de euros, por lo que los inversores deberían dejar de especular con la posible desintegración de la eurozona. Como refuerzo, el Banco Central Europeo (BCE) activó un programa de compras de deuda europea en el mercado para ayudar a tranquilizar los ánimos y garantizar el acceso de los eurosocios castigados por los inversores.
Un año después, Europa no tiene nada que celebrar. La FEEF ya ha destinado 67.500 millones para ayudar a Irlanda y ha comprometido otros 78.000 para respaldar a Portugal.
A estas cifras se suman los 110.000 millones prestados a Grecia, así como los 76.000 millones que el BCE ha destinado a la compra de deuda en el mercado. Pero no han atajado la crisis. Es más, Grecia, cuyas dificultades condujeron al alumbramiento de la FEEF, se encuentra al borde de la reestructuración de su deuda.
Todo lo que se ha hecho es insuficiente
Esta realidad pone de relieve que el mercado sigue viendo vulnerable a la eurozona. O dicho de otro modo, los últimos acontecimientos han reavivado un temor que había pasado a un segundo plano desde el verano: la posible desintegración de la Europa del euro. Y eso equivale a situar de nuevo las manecillas del reloj en mayo... pero de 2010.
"No es que no se hayan hecho cosas en el último año, es que las que se han acometido no han bastado. El problema de fondo es muy serio. Hace un año Europa ganó tiempo. En principio, contaba con que ese tiempo llegara hasta 2013, pero las dificultades se están adelantando y ese tiempo se está agotando", avisa Pablo Guijarro, consultor de AFI.
Un rápido repaso a los datos confirma que el fondo de rescate no ha cumplido el objetivo apaciguador con el que fue concebido. Las primas de riesgo de Grecia, Irlanda y Portugal, medidas por la diferencia entre la rentabilidad de sus respectivos bonos a 10 años y la de los títulos alemanes, se han disparado entre un 160 y un 286 por ciento en el último año.
¿Y la de España? En su caso, el repunte se sitúa en el 129 por ciento, hasta alcanzar los 222 puntos básicos -ó 2,22 puntos porcentuales-. Lo mismo ocurre con la evolución de los seguros contra el riesgo de impago (CDS), cuya ascensión refleja con claridad la creciente desconfianza del mercado pese a la creación de la FEEF. Así, los CDS de Grecia y Portugal han subido entre un 140 y un 150 por ciento, mientras que el de Irlanda lo ha hecho en un 271 por ciento -ver gráfico-.
El crecimiento presente y futuro, estrangulado
¿Por qué ha fallado la FEEF y, por tanto, los esfuerzos activados por la zona euro para contener la crisis soberana?
Los expertos lo tienen claro: porque los planes de austeridad asociados a la recepción del respaldo financiero han estrangulado el crecimiento presente y futuro de los países que piden la ayuda. "Una reestructuración de la deuda es muy dolorosa, pero la austeridad asociada al fondo de rescate es peor", reconoció el economista Kenneth Rogoff, a elEconomista.
"La clave reside en el crecimiento. Los países se enfrentan al reto de cómo generar crecimiento para evitar que la bola de nieve de la deuda continúe haciéndose más grande", argumenta Pablo Guijarro.
La situación apremia. Y pese a todo, Europa aún puede evitar algo peor en las reuniones del Eurogrupo y los ministros de Finanzas (Ecofin) de los días 16 y 17 de mayo. Sobre la mesa, el mismo dilema que hace un año: contentarse con ganar tiempo... o aspirar a una solución real.