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Los máximos del oro revalorizan su joyero: ahora vale el doble que hace siete años



    Ya no es necesario hacerse a la mar en un barco pirata o en un Odissey de la vida para hallar tesoros en el océano. Con encontrar el clásico joyero familiar que tiene guardado en alguno de los cajones de su dormitorio ya tiene bastante. Sobre todo si la mayoría de joyas son de oro, ya que el valor de este metal se ha disparado en las últimas fechas hasta máximos de los últimos 27 años.

    La onza tipo troy -que son 31 gramos, cifra equivalente al peso de tres pares de pendientes de tamaño medio- vale hoy casi 770 dólares (540,3 euros), más del doble al que se compraba a finales de la década pasada.

    Hoy, un joyero de toda la vida compuesto por un anillo, unos pendientes, unas arras y un collar alcanza un valor al peso de 7.230 euros, cuando a principios de 2000 apenas rondaría los 3.670 euros.

    Mayor revalorización que la bolsa

    Es decir, las joyas que tiene en su arcón han obtenido en estos siete años una revalorización cercana al 100% en un periodo en el que el activo financiero más popular, la bolsa, tan sólo se ha revalorizado un 40%, de acuerdo con la evolución del Ibex 35 del mercado español desde enero de 2000. Y eso que el efecto divisa ha jugado en contra.

    Debido a que el oro se negocia en dólares, y ésta moneda se ha depreciado desde 2000 frente al euro un 27%, los europeos ganan menos que los estadounidenses por sus tesoros. Pero tras esta sustancial subida, ¿ha llegado ya el momento de coger el baúl de las joyas, ir a una tienda de compra y venta de oro y hacer caja? Los expertos consideran que no, que el precio de este precioso metal todavía podría seguir subiendo durante los próximos meses.

    Por ejemplo, los analistas del banco de inversión estadounidense Goldman Sachs (GS.NY) cree que la onza podría llegar a los 800 dólares en seis meses, aunque a más largo plazo se muestran comedidos. En su opinión, "el reciente rally alcista del oro -ha subido un 20% desde junio- ha estado apoyado por los continuos aumentos en la demanda de los fondos cotizados y el consumo por parte de la joyería de alta calidad durante la temporada de bodas en India".

    Sin embargo, no se puede obviar que este periodo de fortaleza ha coincido con la crisis nerviosa que ha vivido el sistema financiero a raíz de los problemas desencadenados por los impagos de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos. Esto devuelve a este metal su papel de refugio en periodos de inestabilidad.

    ¿Menos producción?

    Otros comentaristas de mercado todavía van más allá. James Turk, editor de Freemarket Gold & Money Report, una publicación con más de 20 años de historia, considera que "una explosión alcista del oro parece más probable una vez que alcance los 1.000 dólares". Este experto incluso lanza un arriesgado vaticinio y ve posibles los 1.500 dólares.

    Según Juan Ramón Caridad, director de producto de Atlas Capital, hay más razones que explican la tendencia alcista. Por un lado, comenta, "las previsiones muestran que para el año 2010 la producción de oro se recortará un 30%", mientras que la demanda podría mantenerse. Si hay menos oro disponible y la misma gente interesada en tenerlo, el precio lógicamente subirá.

    Hay otro motivo para apostar al alza por el oro, pero más especulativo: algunos expertos creen que podría cambiar la actitud de los grandes bancos centrales, entre ellos el Banco de España, que controlan cerca de un 20% del oro mundial, llevan vendiendo este metal desde la crisis de finales de los 90.

    Pero de momento, no parecen dispuestos a hacerlo. De hecho, el propio Banco de España está siendo uno de los mayores vendedores de oro del mundo este año. Ha vaciado a la mitad su joyero, ya que ha dejado su posesión de onzas en 9,1 millones, frente a los 16,8 millones que controlaba en 2001, en operaciones con la que podría haber ganado cerca de 2.500 millones de euros.

    De la mano de los tipos

    La posesión de oro en sí misma no genera ninguna rentabilidad -a diferencia de los bonos, que pagan intereses periódicos-, por lo que en épocas de tipos de interés al alza no compensa tener oro en cartera, ya que entonces se dejaría de tener otros activos que ofrecen altos intereses por el mero alto de tenerlos -coste de oportunidad-.

    En esta situación los bancos eran proclives a aumentar la oferta e inundar de oro el mercado, haciendo caer los precios. Sin embargo, ahora la situación puede cambiar: la Reserva Federal ya realizado un movimiento a la baja de los tipos de interés, hasta el 4,75%, y el BCE ha frenado de momento la subida de los suyos.

    Junto a las joyas, el modo más sencillo de invertir en oro son los fondos de inversión. En España, se pueden contratar cinco fondos de inversión especializados en compañías relacionadas con el oro. Sobre todos ellos sobresale el Merrill Lynch World Gold. Lo hace tanto por rentabilidad, ya que lidera las ganancias en 2007 con un avance superior al 25%, como por la opinión de los expertos. Por ejemplo, Standard & Poor´s le otorga su recomendación más alta, AAA, por la calidad en la gestión.

    Sus gestores confían en que, "con un marco positivo para el precio del oro, en 2007 continúe la recuperación de los beneficios del sector de minería de oro, que ya se ha visto en cierta medida en el 2006, al estabilizarse las presiones sobre los costes". En su opinión, "es probable que continúen las actividades de fusiones y adquisiciones -entre las mineras especializadas en oro-, dado que los productores intentan ampliar sus recursos y su producción".

    ¿Y cuáles son sus principales inversiones? Casi un 55% de la cartera está en mineras estadounidenses, como Barrick Gold, o sudafricanas. La subida del precio del oro beneficia sobre todo a las compañías explotadoras del sector, ya que el metal precioso que obtienen en las minas lo pueden vender más caro y elevar los ingresos. "La relación entre la evolución de sus acciones y la del precio de la materia prima no es directa, pero en el largo plazo sí se da una elevada coincidencia en su comportamiento", aseguraba un informe de Deutsche Bank.

    Otras opciones

    De los otros cuatro fondos más rentables en 2007, destaca el LODH Invest World Gold Expertise, que en el año acumula una ganancia del 17,3%, pero también se destaca por ser el menos accesible por pedir 6.000 euros de inversión mínima, según datos de Morningstar. El más próximo al pequeño ahorrador es de otra gestora suiza llamada Bearbull, el Share Gold.

    En vez de comprar los fondos, el ahorrador puede invertir directamente en acciones de las compañías en las que éstos invierten, pero es una opción desaconsejable, ya que además de las mayores comisiones que acarrea invertir en valores internacionales, el inversor debe lidiar otros toros muy complicados: como relación de las divisas de los países en lo que estas compañías exploran y producen con el dólar y con el euro, un juego que conviene dejar en manos de profesionales.

    Otra alternativa para tomar posiciones en la materia prima son los warrants sobre el precio del oro que ofrecen Société Générale (GLE.PA) y BNP Paribas (BNP.PA). La ventaja de estos productos es que permiten invertir de un modo sencillo sobre la evolución del propio metal, con la opción de apostar tanto al alza como a la baja, con lo que uno se puede hacer de oro incluso si el reluciente metal se desploma. Eso sí, son más arriesgados que los fondos.

    Conviértase en el 'Rey Midas' de la bolsa

    Comportamiento de la materia prima y principales fondos para invertir en empresas relacionadas con el oro.

    Fuente: Bloomberg / Morningstar / Gestoras / elEconomista