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Una ramificación judicial del escándalo Bettencourt afecta a L'Oréal



    París, 20 jul (EFE).- Una nueva ramificación del escándalo político-financiero que rodea a la multimillonaria Liliane Bettencourt ha salpicado a la empresa de la que es la principal accionista, el líder mundial de los cosméticos L'Oréal, a instancias de una denuncia de otro de los accionistas.

    Fuentes judiciales indicaron hoy que la Fiscalía de París ha abierto una investigación sobre la denuncia presentada el pasado día 5 por un pequeño accionista ante la sospecha de que el fotógrafo François-Marie Banier se benefició de un contrato con L'Oréal de cuatro millones de euros injustificados.

    La demanda, formalizada 'contra X' -sin especificar un presunto responsable- es por malversación, difusión de informaciones falsas o engañosas, falsificación, complicidad y receptación, precisó el abogado Frédérik-Karel Canoy, que representa a un pequeño accionista.

    Según las informaciones divulgadas por 'RTL' y 'Marianne', el contrato de Banier, en vigor desde comienzos de 2002 y por una duración de diez años, establecía una remuneración de 405.000 euros anuales por asesoramiento en el terreno de la moda y el arte.

    Para el denunciante, se trata de un monto desorbitado por la contraprestación y que por eso es contrario a los intereses de la empresa.

    L'Oréal confirmó la existencia de un contrato con Banier y, sin dar detalles sobre la investigación judicial amparándose en el secreto del sumario, puso el acento en que esa relación contractual termina a finales de 2011.

    Banier, por otra parte, está acusado por la hija de la heredera de L'Oréal, Françoise Meyers-Bettencourt, de abusar de la debilidad de su madre, de 87 años, que le habría hecho donaciones por un valor de unos 1.000 millones de euros.

    El fotógrafo fue interrogado la pasada semana bajo arresto hasta su puesta en libertad el viernes por la tarde junto al gestor de la fortuna de Bettencourt, Patrice de Maistre, su ex abogado, Fabrice Goguel, y el español Carlos Vejarano, gestor de una isla en las Seychelles que los Bettencourt habían comprado en 1998 y cuya propiedad aparece ahora oscura.

    De hecho Goguel, en una entrevista publicada hoy por 'Le Figaro', se negó a desvelar la cuestión de la propiedad de la isla de Arros escudándose en el secreto profesional, el mismo argumento que dijo haber utilizado ante los policías que lo interrogaron en la investigación por evasión fiscal del entorno de la millonaria.

    En la vertiente política de este escándalo tentacular, el ministro de Trabajo, Eric Woerth, volvió a asegurar hoy que no dimitirá, y subrayó que quiere declarar para intentar acabar con lo que ha denunciado como una "caza" de la que dice ser víctima "al inventarse sin parar" nuevas historias que lo implican.

    Woerth, en una entrevista a la emisora 'Europe 1', contradijo el relato hecho por De Maistre a los policías -y filtrado por la prensa- en el sentido de que el ministro le pidió que ayudara profesionalmente a su esposa, Florence, que fue contratada en noviembre de 2007 por Clymène, la empresa que gestionaba la fortuna de Bettencour.

    Florence Woerth trabajó en Clymène como asesora fiscal hasta dimitir el mes pasado, en medio de la presión política por la sospecha de un conflicto de intereses de su marido, que además había sido el responsable de la lucha contra la evasión fiscal, y ha sido criticado por haber dado un trato de favor a Bettencourt -algo que ha rechazado-.

    De acuerdo con varios antiguos empleados de la millonaria, Eric Woerth, que era el tesorero del partido del presidente francés, Nicolas Sarkozy, había recibido sobres con dinero de la millonaria para la campaña de las presidenciales de 2007.