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General Motors resuelve el difícil tema de las negociaciones con el sindicato
El sindicato de la industria automotriz, que en el pasado realizó varias y duras huelgas, anunció que llegó a "un acuerdo de principio con el Tesoro estadounidense y General Motors sobre las modificaciones al convenio de la empresa de 2007".
El sindicato señaló que las concesiones se refieren a las condiciones salariales de sus afiliados y sobre los fondos VEBA de gestión sindical destinados a financiar la cobertura de salud de los jubilados de GM. "No se dieron detalles (del acuerdo) a la espera de reuniones explicativas y la ratificación por parte de los empleados sindicalizados de GM", asambleas que "están siendo organizadas", agregó el sindicato.
Según el UAW, que con el transcurso de los años obtuvo ventajas salariales y sociales muy favorables para sus afiliados, se trata de un nuevo retroceso tras haber avalado planes sociales y reducciones de las prestaciones sociales durante los últimos cuatro años.
Sólo en lo que respecta a los empleos, GM redujo entre 2006 y finales de 2008 sus efectivos en todo el mundo de 327.000 a 244.000, y tiene previsto llevarlos a 200.000 este año.
Según la prensa, el acuerdo anunciado este jueves permitiría al fabricante reducir sus costos salariales en 1.000 millones de dólares anuales, gracias a nuevas reducciones salariales y de las prestaciones sociales.
En lo que respecta a los fondos VEBA, GM quiere recortar de 20.000 a 10.000 millones de dólares el total en efectivo que debe entregarle y podría haber propuesto financiar la mitad de ese monto en acciones.
A cambio, el UAW se convertiría en el segundo accionista de referencia de la GM reestructurada, con el 39% del capital, detrás del departamento del Tesoro, que detentaría el 50%, y bien lejos delante de los acreedores del grupo, con solamente un 10%, y los accionistas actuales con un simbólico 1%.
Las negociaciones se desarrollaron en un clima tenso: el UAW estaba firmemente en contra del proyecto de GM de comercializar en Estados Unidos vehículos fabricados en China a partir de 2010, y en México, para reducir sus costos.
Un alto funcionario del gobierno saludó el anuncio del UAW como "un avance de GM en sus esfuerzos (...) por convertirse en una compañía fuerte y viable".
La firma de un acuerdo con el UAW y una reestructuración exitosa de la deuda son los dos aspectos aún sin resolver del plan de reestructuración de GM y cuya conclusión antes del 1 de junio exigía el gobierno estadounidense.
Si GM fracasa, Washington, que ya inyectó 15.400 millones de dólares al grupo, suspenderá su apoyo financiero y el fabricante deberá declararse en quiebra.
En otro tema crucial, la operación de reestructuración de 27.000 millones de dólares en obligaciones de la empresa, parece seriamente comprometida por el momento.
La oferta plantea condiciones muy severas para los acreedores. La misma expira el martes y necesita una participación del 90% de los poseedores de esos títulos.
En las últimas semanas, algunos de ellos hicieron una contra-oferta que aspira a recibir el 58% del capital de la 'nueva' General Motors.