Bolsa, mercados y cotizaciones
"Antes que mejorar la regulación, hay que evitar más quiebras de bancos"
José de Gregorio asegura que si estuviera en la piel de Jean Claude-Trichet, presidente del Banco Central Europeo, o de Ben Bernanke, su homólogo en la Reserva Federal estadounidense, seguro que habría actuado igual y llevado el precio del dinero a mínimos históricos. En su caso, como gobernador del Banco Central de Chile, no ha tenido que llevar a cabo una política expansiva tan ambiciosa por la menor exposición de esta economía a la crisis internacional.
Como ocurre con la mayoría de los bancos centrales, entre los que se encuentra el BCE, combatir la inflación es su gran objetivo: actualmente está en el 9,9%, lo que explica que los tipos de interés alcancen el 7,25%, y eso que en la reunión de enero fueron recortados en 100 puntos básicos. En un encuentro con periodistas españoles, el gobernador ofreció su visión sobre la crisis financiera internacional y cómo la afrontará su país.
Como regulador, ¿qué mecanismos cree que han fallado y provocado esta crisis?
Ha fallado la regulación en sí y la evaluación de los riesgos que existían en el mercado financiero. No hubo suficiente cuidado en advertir sobre los riesgos de la cantidad de derivados e instrumentos financieros que había en algunos de los mercados más desarrollados. Está claro que el sistema va a tener que revisar la regulación, pero ése es un debate a largo plazo. Hoy en día la obligación inmediata es evitar un mayor colapso del sistema financiero mundial.
Las principales economías europeas han anunciado planes de rescate bancarios en ese sentido y muchos han fallado. ¿Por qué cambios apostaría usted?
El problema de fondo es cómo restablecer la base de capital de las entidades para que el proceso no sea muy severo y la recuperación sea leve. El mundo depende del crédito del sistema bancario, por eso es fundamental que se recupere.
¿Ha afectado esta crisis financiera internacional a la credibilidad de la banca europea en Chile?
No, para nada. En el caso de los bancos de propiedad española, éstos han tenido un comportamiento bastante adecuado y activo en nuestra economía.
¿Se están planteando en Chile políticas de ayuda a la banca como las que se están viendo en EEUU y en Europa?
No se necesitan, porque nuestro sistema bancario no tiene esos problemas. La banca no tiene activos comprometidos en subprime y las empresas chilenas no han estado envueltas en operaciones especulativas con monedas y derivados. Lo que sí se ha hecho en Chile es ampliar las líneas de liquidez para alinear los tipos de interés del mercado con las tasas de política monetaria, que es lo que está pasando en gran parte del mundo. Pero la banca de Chile no ha necesitado de la intervención del Estado. Es un sistema sólido, maduro y con tal nivel de ingresos que no ha necesitado de medidas adicionales.
Desde el Gobierno se defiende que Chile no se va a ver tan afectada por esta crisis como otros países de la región y otras economías más desarrolladas. ¿Cuáles son sus previsiones de futuro?
La economía se está viendo afectada por esta crisis como el resto del mundo y hay un gran ambiente de incertidumbre y cautela entre empresas y hogares, que está perjudicando a la demanda. Pero no se ha producido un colapso de nuestro sistema bancario y en años anteriores logramos ahorrar gracias a una adecuada política fiscal y a un fondo soberano al que se destinó dinero procedente de los beneficios del cobre cuando su precio estaba alto.
Además, nuestras exportaciones están ligadas a alimentos, vino y otros productos que tienen capacidad de venderse incluso en estos tiempos de crisis. Eso nos diferencia de otros países que venden productos más sofisticados, que sí se están viendo seriamente perjudicados por esa contracción de la demanda. Y otro factor clave es que no hemos sufrido ninguna burbuja y aunque el crédito al consumo creció mucho, nunca alcanzó niveles excesivos. Por eso mantenemos nuestra previsión de crecer entre un dos y un tres por ciento en este ejercicio. Es decir, sufriremos una desaceleración, pero acotada.
¿Cómo ha evolucionado ese fondo soberano del que ahora está echando mano Chile para mitigar los efectos de esta crisis internacional?
Se invirtió en depósitos bancarios de fuera que están garantizados y en bonos del Tesoro de países desarrollados con altos niveles de calificación. En 2008 estas inversiones tuvieron ganancias positivas, lo que nos permitió ganar recursos.
¿Va a cambiar la política monetaria del Banco Central de Chile frente a la crisis?
No se puede descartar nada, pero ahora nuestra principal preocupación es la inflación, que está en el 9,9%, por lo que los tipos subirán, porque esperamos tasas aún más altas de inflación. Ya anunciamos después de la bajada de enero que queda recorrido para nuevos descensos, pero la magnitud y el tiempo no están definidos. Nuestras necesidades no son las de EEUU y no sufrimos una desaceleración como las de las grandes economías.