La reforma fiscal estadounidense, que solo parecía tener virtudes, está teniendo implicaciones inmediatas en los resultados del último trimestre de 2017. Los principales bancos de EEUU han comunicado peores datos debidos a la dotación de provisiones (con su impacto negativo en el resultado final) a la que se han visto obligados por el cambio normativo. Goldman Sachs reportaba números rojos por primera vez en seis años, mientras que Morgan Stanley provisionaba casi 1.000 millones de dólares y JP Morgan y Bank of America, más de 2.000 millones. Esta distorsión debería revertirse en el próximo trimestre.