Después de haber arrastrado la pata varias semanas, el Eurostoxx50, el índice de referencia de la zona euro, se quiere unir a la fiesta alcista abierta por el Dow Jones Industriales y el Ibex, nuestro líder de la Champions League. El índice europeo empezó a perforar definitivamente la última resistencia, en línea con el escenario de continuidad alcista que venimos favoreciendo. Los precios afrontan ahora los 4.000 puntos, un nivel psicológico y, a muy corto plazo, técnico. Todo ello ocurre sin la menor sensación de problema para la continuidad alcista, más allá de movimientos bajistas que puedan durar horas o días dada la fortísima resistencia horizontal que representan los 3.900-4.000 puntos. La superación de dicha zona encajaría con nuestra idea de que la zona euro sigue teniendo un gran potencial alcista, tal y como lo sugiere el gran cabeza y hombros invertido que ha dibujado el índice desde 2002. Esta figura técnica de largo plazo debe tenerse muy presente porque evita la tentación de vender, a lo que incitan a veces las alturas. El hecho de que mayo/agosto tuviese un movimiento complicado no debe confundir a nadie. Estos acontecimientos intermedios nunca perturban estas figuras técnicas mayores, sino que simplemente hablan de la posibilidad de que sus objetivos tarden mucho más de lo esperado en lograrse. Despejado el camino con la superación de los altos de mayo, los precios deberían moverse como poco hacia los 4.100/4.300 puntos a corto plazo, con los 5.000 como objetivo para los próximos 6/18 meses.