Según un informe que maneja el Congreso hay 1.479 bancos afectados y 158 agencias de créditoEl 'plan Paulson' no ayuda demasiado a mejorar la situación y es insuficiente para solventar la crisismadrid. El Congreso de Estados Unidos maneja desde el pasado 25 de septiembre un informe en el que se les advierte que el plan de rescate de los 700.000 millones de dólares (507.172 millones de euros) aprobado por la Administración Bush este pasado viernes para resolver la crisis de las hipotecas basura es pequeño, llega tarde y no servirá para resolver la situación. Según dicho informe, elaborado por la prestigiosa consultora Weiss Research, un total de 1.479 bancos y 158 agencias de crédito y ahorro, están en riesgo de quiebra en Estados Unidos y calcula que entre todos ellos manejan unos activos de 3,2 billones de dólares (2,3 billones de euros), lo que supone 41 veces la cantidad estimada por la Federal Deposit Insurance Corporation (Corporación Federal de Garantía de los Depósitos). El documento considera que el plan que se acaba de aprobar para hacer frente a la crisis financiera será un fracaso y además agravará la situación, al provocar un aumento de los tipos de interés en Estados Unidos por la fuerte subida que experimentará el déficit público. En concreto, la Office of Managment and Budget (la Oficina del Presupuesto) calcula que en 2009 el déficit federal se incrementará hasta los 482.000 millones de dólares (349.351 millones de euros), pero añadiendo el coste adicional de las medidas de salvamento, se espera que la cifra final ronde el billón de dólares. Este notable aumento se producirá al sumársele la intervención en la aseguradora AIG (80.000 millones), la de Fannie Mae y Freddie Mac (al menos, 200.000 millones) y el propio plan de rescate (700.000 millones). Este escenario, según los cálculos elaborados por Weiss, provocará mayores dificultades para obtener créditos y puede llegar a de- valuar el dólar, llevándolo hasta una "situación de colapso". Por todos estos motivos, tras un exhaustivo análisis, este equipo de economistas recomienda al Congreso que hagan caso omiso a la lista de entidades financieras con problemas que ha elaborado la Federal Deposit Insurance Corporation y recuerda que, según esta entidad, únicamente hay un total de 117 instituciones en riesgo que manejan apenas 78.000 millones de dólares (56.529 millones de euros) en activos dudosos. Para Weiss Research, que la Administración haya anunciado un plan de rescate de 700.000 millones ya supone que tácitamente está reconociendo la invalidez de estos datos federales. El informe recomendaba al Congreso que se lo pensara dos veces antes de ofrecer una solución urgente y amplia a la crisis hipotecaria, por la gran diversidad de titulares de hipotecas y la enorme magnitud de la deuda mantenida en los Estados Unidos, tal y como se detalla en el informe de la Federal Reserve's Second Quarter Flows of Funds Report. Según dicho informe oficial, al que se refiere la consultora, emitido el pasado 18 de septiembre, justo un día antes de que el presidente Bush anunciara el plan de salvamento, la Reserva Federal calcula que el importe total de la deuda en Estados Unidos asciende a 51 billones de dólares (36 billones de euros) La Fed advierte, tal y como recuerda Weiss, que se tenga en cuenta la enorme dispersión de las hipotecas a hogares que no sólo están en bancos y agencias, sino también en otras instituciones y las cifra en un total de 12,1 billones de dólares. Por este motivo, insta a reconocer que, entre bancos y agencias con 5.000 millones o más en activos, hay 61 bancos y 25 agencias con un durísima exposición a hipotecas de difícil recuperación. La Reserva Federal advierte también que no se debe olvidar de vigilar la situación de Fannie Mae, Freddie Mac, ya que ambas instituciones, con el apoyo de las agencias gubernamentales, mantienen todavía 5,4 billones de dólares en hipotecas residenciales. El informe que maneja el Congreso considera que, pese a que ambas instituciones cuentan con la garantía federal, esto no previene de que la situación se continúe deteriorando y requiera una aportación adicional de fondos sobre los ya contemplados. En el sector privado y en los gobiernos locales también se mantienen hipotecas residenciales en cantidades sustanciales, que suponen alrededor de 3 billones de dólares, pero la peor parte no está sólo en las hipotecas, que suponen 14,8 billones de dólares, sino en los 20,4 billones de créditos a empresas y al consumo. Medidas propuestas Ante esta situación, la consultora Weiss insta al Congreso a obtener un mejor control de los derivados que mantiene la banca comercial en Estados Unidos, que en principio se crearon para dar seguridad y han acabado convirtiéndose en un elemento especulativo y opaco para los reguladores. Y pide al Congreso que se reconozca que las inapropiadas redes de seguridad, como la FDIC para los depósitos bancarios o la Securities Investor Protection Corporation (SIPC) para los clientes y el fondo de cobertura de las aseguradoras, requieren mayores aportaciones para garantizar su seguridad. Para la consultora, de este plan no debe permanecer la ilusión de que los 700.000 millones serán suficientes para acabar con la crisis crediticia y aseguran que podría ser únicamente "una gota en un cubo". El informe considera también que el plan es demasiado poco para el mercado y realiza cuatro recomendaciones al Congreso: para eliminar un fuerte crecimiento en los tipos de interés o un colapso en el dólar, el Congreso debería limitar y reducir los fondos destinados a cualquier rescate al máximo posible. Si el Congreso determina entregar una suma sustancial de dinero a una nueva agencia guber- namental que se dedique a comprar las deudas contaminadas, ésta debería pagar estrictamente el valor de mercado, incluyendo un sustancial descuento que refleje la falta de liquidez y que se aseguren de que se comprenda de manera muy clara que se ingresará menos que el valor en libros que tenían calculadas las instituciones financieras. Cuando el Ejecutivo realice la compra, las entidades seguirán teniendo pérdidas muy severas y muchas de ellas no podrán cubrirlas y acabarán en quiebra. Por eso, Weiss recomienda al Gobierno que informe al público de que no podrá salvar a todo el sector financiero con su regulación y por eso deberá proteger en primer lugar su propia financiación y la estabilidad del dólar y el sector privado tendrá que hacer frente a un encarecimiento de la deuda sin asistencia financiera del Gobierno. La consultora recomienda además que la ayuda se destine a las entidades que han sido más prudentes y a los ahorradores y recomienda ampliar el fondo de garantía de depósitos.