Semana de bancos centrales, en la que la noticia es que no hay noticia. La Fed, en su condición de banco central del mundo, se ha apuntado a eso de achacar al Brexit todos los males. Esto y el dato de creación de empleo publicado hace dos semanas han traído la unanimidad al FOMC a la hora de decidir mantener el precio del dinero donde está. El BoJ, reacio a seguir experimentando por la falta de efectividad de las medidas aplicadas, también opta por esperar y ver, tanto al voto de los británicos como a la Fed. Mientras, el BoE mantenía su política, al tiempo que intensificaba sus advertencias sobre los riesgos del Brexit.