En 1998, cuando el fondo LTCM sufrió unas pérdidas similares, los parqués cayeron un 30%La elevada liquidez y la variedad de los productos frenan la amenaza de un posible 'efecto contagio'madrid. Los que llevan algún tiempo en el mercado recordarán la enorme crisis que supuso la quiebra del hedge fund -fondo de inversión libre- Long Term Capital Management (LTCM) en el año 1998: el pánico se apoderó de las bolsas -también afectadas por la crisis asiática-, que bajaron cerca del 30 por ciento en tres meses. Aquella vez el Gobierno de Estados Unidos, en un movimiento sin precedentes, puso dinero para tapar el enorme agujero. Ocho años después, otros hedge funds de la gestora Amaranth, han anunciado unas pérdidas similares a las del LTCM, provocadas por una apuesta excesivamente apalancada en el mercado del gas natural: 4.500 millones de dólares. Sin embargo, Wall Street se encuentra cerca de máximos de casi seis años. ¿Y el pánico? Ni rastro.¿Cómo se explica esta distinta reacción a un fenómeno tan similar? Pues por varias razones. Una de ellas es el espectacular crecimiento del mercado de los hedge funds desde 1998, hasta alcanzar un patrimonio global superior a 1,5 billones de dólares y un número de fondos cercano a 10.000. Si hace ocho años que un fondo perdiera 4.500 millones era una tragedia, ahora es una gota en un océano.Otro cambio cualitativo desde entonces es que los hedge funds han diversificado sus estrategias hasta límites casi increíbles, con lo que hay una enorme heterogeneidad: lo que le afecta a un fondo no tiene ninguna importancia para el vecino, y el riesgo que asume uno no tiene nada que ver con el que asume otro. Y los inversores lo saben, puesto que el conocimiento de estos productos ha aumentado mucho con su popularización.En 1998, había terror a que lo del LTCM no fuera un caso aislado y a que estuviéramos ante una crisis sistémica. Ahora, nadie teme una crisis global, máxime cuando el Amaranth invierte en un mercado -el de las materias primas- cada vez más popular pero todavía minoritario. Los hedge funds que invierten en bolsa, incluso los direccionales, están al margen.Manda la liquidezPero quizá la principal razón que explica la tranquilidad de los mercados sea la ingente liquidez que sigue habiendo pese a las subidas de tipos. La crisis de confianza que se generó en 1998 amenazaba con secar completamente el dinero que fluía hacia las bolsas, mientras que ahora hay dinero de sobra en el mundo para continuar la escalada de los índices, pese a que quiebren unos cuantos productos. Hacen falta motivos más serios - como la posibilidad de una recesión- para sembrar el pánico en el mercado.Lo que no ha cambiado, y la lección que cabe extraer del asunto del Amaranth, es la ecuación rentabilidad/riesgo. Para obtener mayores rentabilidades, hay que asumir mayor riesgo, y los hedge funds no son una excepción a esta regla, por mucho que su objetivo sea obtener una rentabilidad absoluta independientemente de cómo vayan los mercados. De hecho, la regla es especialmente aplicable a estos fondos, cuya rentabilidad media ha bajado de forma estructural en los últimos años por culpa del exceso de patrimonio, de la escasa rentabilidad de varias estrategias masificadas y de las medidas cada vez más estrictas para controlar el riesgo.Así pues, si usted se plantea invertir en hedge funds -una excelente idea para una porción de su cartera-, tenga en cuenta que no todos son iguales y que los niveles de riesgo difieren enormemente. Por eso, asegúrese de que el producto en el que invierte no asume un riesgo que usted no puede tolerar. Aunque eso signifique un menor potencial de ganancia.