La producción de petróleo crece con fuerza mientras los recursos afrontan un nuevo 'huracán chino'La guerra de precios que comenzó la Organización de Países Exportadores de Petróleo en el año 2014 ha devastado al mercado del crudo. En tan sólo un año el precio del oro negro se ha abaratado más de un 50 por ciento, tanto en Estados Unidos como en Europa. Ahora, el último dato de producción de la OPEP, que recoge el ritmo de generación de petróleo durante el pasado mes de julio, ha terminado de borrar el rebote que experimentó el crudo durante los primeros meses del año: el barril West Texas llegó a tocar ayer los 42,7 dólares, nuevos mínimos del año, mientras el Brent europeo se mantiene en los 49,2 dólares, a tan sólo un 5,7 por ciento de los 46,6 dólares que hasta ahora marcan los mínimos de 2015. Durante el último año, todo lo que pudo salir mal para el inversor alcista en petróleo, ha ocurrido. Echando la vista atrás, el origen de las caídas tuvo lugar en la rápida irrupción de Estados Unidos como uno de los grandes productores de crudo del planeta. Gracias al fracking, el gigante estadounidense ya ha conseguido convertirse en el principal productor del mundo durante varios meses. Ahora, bombea cantidades similares a Rusia y Arabia Saudí, que no tenían un competidor de ese nivel hasta su llegada. A pesar de que la demanda de petróleo sigue siendo sólida -según el Departamento de Energía estadounidense, en 2014 esta avanzó un 2,4 por ciento interanual, el ritmo más rápido desde el año 2010- el mercado empezó a barajar que el nuevo petróleo americano era demasiado para mantener el barril por encima de los 100 dólares. Si bien Estados Unidos prácticamente no exporta crudo -existe una ley que pretende proteger al ciudadano estadounidense, y asegurar bajos precios del combustible en el país-, sí era un gran importador, y su dependencia de petróleo extranjero cada vez se redujo más. El 'juego' de la OPEP En verano de 2014 el precio del crudo empezó a dar señales de debilidad, y todas las miradas de la industria se centraron en la OPEP, responsable de más del 40 por ciento de la producción mundial, a la espera de que llevaran a cabo un recorte de producción para evitar un desplome mayor de los precios. Las caídas profundizaron hasta noviembre de ese año -desde julio, en poco más de tres meses los dos principales barriles cayeron hasta el entorno de los 80 dólares, un descenso cercano al 30 por ciento- cuando estaba fijada la reunión de la entidad. Llegó el 27 de noviembre y con él una sorpresa: la OPEP anunció que no recortaría la producción, un movimiento que entendió el mercado como una guerra de precios para tratar de expulsar a los productores estadounidenses. Fue el último gran catalizador que ha llevado al crudo a caer más de un 50 por ciento desde verano de 2014. Ahora, a pesar de que Estados Unidos ha recortado el ritmo de producción -hay 860 pozos operativos en el país, frente a los casi 1.900 en enero- y que a esto siguió un rebote del crudo americano hasta superar los 60 dólares este mismo verano, una nueva negativa a recortar precios por parte de la OPEP, anunciada en la reunión del pasado mes de junio, ha hecho que los dos barriles pierdan todo lo ganado en 2015. Además, el último dato de producción, publicado ayer por la organización, confirma que no baja el ritmo: produjo 31,5 millones de barriles al día en julio, la mayor cantidad en más de tres años. El petróleo no es la excepción Además de la sobreoferta, existen otros factores que han lastrado al precio del crudo, pero que además están castigando al resto de materias primas. Dejando de lado un descenso generalizado en la demanda de materias primas debido a la desaceleración económica, la fortaleza del dólar es el peso que tira de estos activos hacia abajo. Y es que la economía estadounidense está haciendo gala de buena salud durante los últimos años, y la recuperación de la crisis parece más que apuntalada. El dólar empezó a subir con fuerza en verano del 2014 -en el gráfico se puede observar la evolución del Dollar Index, índice que pondera los seis cruces más importantes de la divisa-, empeorando los descensos de petróleo y de las materias en general. El final de los estímulos monetarios de la Reserva Federal puso el punto de mira de los inversores en el dólar, anticipando mayores subidas para la divisa. La Fed ya no está llevando a cabo un programa de estímulos, pero el mercado espera que la subida de tipos, que tendrá lugar este año según la entidad, impulse más al dólar, lastrando aún más el atractivo de las materias para el inversor que no las compre en dólares. La última decepción para el inversor en materias tuvo lugar ayer. El Gobierno chino anunció una devaluación de la divisa que generó fuertes caídas en los recursos básicos: el Bloomberg Commodity Index, -cesta que pondera las principales materias- llegó a caer más de un 2 por ciento. Las causas son que la debilidad del yuan puede generar mayores descensos de la demanda de materias primas por parte de China, ya que una divisa débil encarece las importaciones.