Los expertos advierten de que hacer negocios con el país implicará varios riesgos claveEl acuerdo histórico alcanzado ayer entre Irán y el G5 +1 tendrá como consecuencia más inmediata el levantamiento de sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU y la Unión Europea, especialmente las relacionadas con el comercio. Otros países como India, Corea del Sur y Sudáfrica, que impusieron represalias ante la presión de Estados Unidos, también comenzarán a retirarlas durante las próximas semanas. "Irán no estará abierta económicamente a inversiones extranjeras hasta que se complete el proceso de ratificación", asegura Firas Abi Ali, jefe de análisis para Oriente Medio de IHS Country Risk. "Hacer negocios con Irán implicará varios riesgos clave", señala el experto al afirmar que el sistema legal iraní es anticuado y complicado. Además, el país no cuenta con demasiada experiencia a la hora de lidiar con inversores internacionales mientras que el volumen burocrático indica que es probable que no se cuente con el número suficiente de personal cualificado para poder procesar solicitudes de inversores extranjeros con la suficiente rapidez. "Habrá una importante presión para cambiar las regulaciones, hacer frente a las preocupaciones y proteger los intereses de los inversores iraníes", estima Abi Ali. Por otra parte, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica juega un papel muy importante en la economía iraní. "Las sanciones contra la Guardia Revolucionaría probablemente continuarán a corto plazo, dando lugar a importantes riesgos de contraparte para las empresas que intenten colaborar con sus homólogas en Irán", advierten desde IHS Country Risk. Domésticamente, el impulso económico que recibirá Irán con la eliminación de las sanciones aumentará sensiblemente la popularidad del presidente Hassan Rouhani, y aumentará la credibilidad del modelo de gobierno de la República Islámica, al menos durante los próximos dos a tres años.