La semana pasada James Bullard, de la Fed de San Luis, lanzó un globo sonda al decir que el FOMC podría subir tipos antes de lo esperado, algo que demostraría la fortaleza económica de EEUU. A ello se sumó la lectura del PCE de mayo, el IPC que ayuda a marcar la política monetaria de EEUU, que subía dos décimas hasta el 1,8 por ciento, acercándose al 2 por ciento y dando más valor a las palabras de Bullard. No obstante, los inversores se resisten a asimilarlo y el Treasury se mantiene en el 2,5 por ciento.