Seguimos viendo una oportunidad de tomar posiciones en deuda de los países periféricosSemana de poco volumen de operaciones y baja liquidez en el mercado. Los libros de los bancos están prácticamente cerrados y los inversores se preparan para empezar el nuevo año. De cara al ejercicio de 2014, es de esperar un año con mayor crecimiento a nivel mundial, con ausencia de presiones inflacionistas, tipos de interés históricamente bajos, y una mayor contribución de las economías de la OCDE frente a la que puedan tener los países emergentes. En el caso de Estados Unidos se espera que mejoren las perspectivas laborales, y una revisión al alza de las previsiones de crecimiento para el 2014, con datos de inflación por debajo del objetivo del 2 por ciento, lo que supone que no son de esperar cambios en los tipos durante 2014. Esperamos repuntes en las rentabilidades de los tesoros americanos y, por tanto, también para Alemania. Sin embargo, seguimos viendo una oportunidad de compra en los países periféricos, como es el caso de España, para el que esperamos un fuerte estrechamiento tras las últimas noticias y el interés que tiene invertir en España, tanto desde inversores nacionales como extranjeros. Esto se ha visto reflejado en las recientes subastas llevadas a cabo por el Tesoro y los últimos primarios españoles. En cuanto a la deuda corporativa, al igual que ocurre en el caso de la soberana, esperamos pocos movimientos, con pequeños estrechamientos en el sector financiero, tanto en deuda senior, como en deuda subordinada, siguiendo al riesgo soberano, aunque el inversor muestra cierta incertidumbre en gran medida provocada por los test de estrés europeos. De cara al ejercicio que viene, en cuanto al crédito, continuamos positivos con la zona euro. Como recomendaciones de inversión para el próximo año, hay un conjunto de emisiones que tienen recorrido, y por ello se espera un buen comportamiento en los mercados financieros. En muchos de estos casos, se trata de emisiones de baja calidad crediticia, adecuada únicamente para inversores con alta cultura financiera y que estén familiarizados con el riesgo. Por el contrario, para un inversor conservador, hay que seguir manteniéndose compradores en deuda pública española -Fade e ICO a largo plazo- no para mantenerlo en cartera, sino esperando una subida de precios, con el único fin de aprovechar ese momento para venderla, teniendo en cuenta los niveles de tipo que hay a corto plazo.