La fuerte caída de Iberdrola en estas últimas sesiones ha llevado a su cotización a aproximarse a la zona de soporte clave en tendencia que presenta el título en los 3,50/3,60 euros, de cuyo mantenimiento depende que no tengamos que cerrar la estrategia que abrimos meses atrás en la compañía. En plazos cortos, como sucede con otros títulos, Iberdrola se está mostrando muy reticente a la hora de rebotar, algo que podría estar anticipando la posibilidad de que vaya a buscar apoyo a su soporte clave de los 3,50/3,60 euros. Si rebota antes de alcanzar esos 3,50/3,60 euros ya podríamos elevar el stop a los últimos mínimos marcados en los 3,66 euros, toda vez su cesión confirmaría un patrón de giro bajista que invitaría a cerrar. Ahora bien, si no hay rebote previo y no hay un deterioro global, una caída a los 3,50/3,60 euros podría ser una oportunidad agresiva para tomar posiciones en Iberdrola, máxime si en ese entorno se desplegara alguna pauta de velas alcista que reforzara su validez como soporte crítico.