La Fed alerta de que el crecimiento del empleo será "frustrantemente lento"Mientras los mercados esperaban ansiosos cualquier mínima señal que especificase el tipo de munición que Ben Bernanke y sus chicos piensan usar si la situación empeora (ver información adjunta) el presidente del Banco Central de Estados Unidos optó ayer por mantener su discurso aséptico ante el Comité Bancario del Senado. El funcionario, que reconoció que la recuperación económica sufre una desaceleración debido a la ansiedad provocada por Europa y el posible despeño del país por el acantilado fiscal, dijo que la Reserva Federal (Fed) está dispuesta a actuar si las condiciones lo requieren. Enfría expectativas... "Como reflejo de su preocupación por la desaceleración en la reducción del desempleo y los riesgos a la baja para el crecimiento económico, el comité dejó claro en su reunión de junio que está dispuesto a tomar nuevas medidas", declaró Bernanke en referencia a las conclusiones alcanzadas por el Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal, donde se estableció que el PIB del país podría crecer entre un 1,9 y un 2,4 por ciento este año. Al ser preguntado por uno de los senadores sobre qué tipo de balas tiene el Banco Central pensado disparar, su respuesta fue más bien decepcionante. "Realmente no hemos llegado a una decisión específica en este momento", respondió mientras aseguró que los expertos de la Fed buscan "la manera de hacer frente a la debilidad en la economía en el caso de que requiera más ayuda". Así, el guardián que vela por la buena marcha de las condiciones económicas de Estados Unidos decepcionó a más de uno al no mencionar de forma explícita una posible intervención no convencional, a través de la compra de bonos y activos, que engordarían el balance de cuentas de la Reserva Federal pero supondrían la tercera ronda de respiración asistida al pulmón económico de EEUU (más conocido como quantitative easing o QE3). ...y no muestra sus bazas En su discurso, Bernanke dijo que la Fed tiene en mente una serie de herramientas para estimular el crecimiento si el mercado laboral no termina de repuntar o si el país corriera el riesgo de ser pasto de la deflación. Sin embargo, el presidente de la Reserva Federal se limitó simplemente a enumerar el amplio catálogo de opciones en cartera, que incluye la posibilidad de compra de bonos adicionales (bien sea deuda del Tesoro o títulos respaldados por hipotecas), préstamos a través de la ventana de emergencia de la Fed o la reducción de la tasa que la entidad paga a los bancos por las reservas mantenidas en el propio banco central. Lo que el máximo responsable de la autoridad monetaria estadounidense sí reconoció ante los legisladores es que el deterioro reciente en el mercado laboral de la nación sugiere que la tasa de paro, situada en 8,2 por ciento, bajará de forma "frustrantemente lenta". Asimismo, y por primera vez, admitió que la debilidad de los últimos datos de empleo no podían atribuirse a factores puramente estacionales. Desde 2008, la Fed ha comprado bonos y activos hipotecarios por valor de 2,8 billones de dólares con el objetivo de mantener bajos los tipos de interés a largo plazo. Para Paul Edelstein, director de Economía Financiera de la consultora IHS Global Insight, el mercado no debe esperar que Bernanke y los miembros del FOMC tomen ninguna decisión relevante durante su próxima reunión, que se celebrará durante el 31 julio y el 1 agosto. Sin embargo, antes del próximo encuentro oficial del 12 de septiembre, Bernanke ofrecerá su tradicional discurso anual en Jackson Hole y si para entonces los datos económicos siguen siendo tan débiles como hasta ahora, "sus mensaje en la conferencia podría indicar un movimiento inminente", aseguró este experto.