madrid. Para los que llevamos años escribiendo primero de Tabacalera y desde 1999 de Altadis -fruto de su fusión con la francesa Seita- hoy es un día triste. Cuando a las cinco y media de la tarde se apaguen las luces en la bolsa española, una multinacional, líder mundial en la producción de puros y uno de los mayores fabricantes de cigarrillos del mundo, dirá adiós de forma definitiva al mercado. Atrás quedarán las juntas de accionistas, los encuentros con inversores, las presentaciones ante analistas, las ruedas de prensa... Sabemos que Altadis sale para seguir creciendo, para integrarse en un grupo aún más grande y poder competir en el cada vez más complejo mercado del tabaco, pero seguimos teniendo un sentimiento agridulce. Desde ahora la referencia será otra. Habrá que buscar en las pantallas de Bloomberg el cierre de la británica Imperial Tobacco en la Bolsa de Londres. Y, desde luego, no será lo mismo. Aunque los accionistas de Altadis, al menos los más fieles, pueden estar realmente satisfechos. Las acciones de la tabacalera han multiplicado por tres su valor (han crecido más de un 210 por ciento) desde que empezaran a cotizar en las bolsas de Madrid y París el 17 de diciembre de 1999, fecha de su debut. Y ahora, todas nuestras dudas se centran en Logista. ¿Qué pasará con la filial de distribución, que encabeza Luis Egido? Obligada por la ley española, Imperial ha lanzado una OPA sobre la compañía a 52,5 euros por acción. En teoría, su objetivo es comprar el mínimo número de acciones en bolsa y mantenerla en el mercado. Pero en la práctica se ha abierto la veda para el capital riesgo. ¿Será la próxima en dejar el parqué español?