La Fed detecta cierta mejoría en la economía, pero deja la puerta abierta a más estímulosmadrid. La Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, dio carpetazo definitivo oficial a 2011 con su última reunión de política monetaria del ejercicio. Como viene ocurriendo desde 2008, los tipos de interés despedirán el ejercicio entre el 0 y el 0,25 por ciento. Y ahí seguirán, al menos, hasta mediados de 2013, puesto que la entidad norteamericana refrendó ayer este compromiso, anunciado en agosto de este año. En su última cita, la institución presidida por Ben Bernanke subrayó que "la economía se ha expandido moderadamente, a pesar del aparentemente menor crecimiento global". La Fed también utilizó una adversativa para referirse al empleo. Aunque por un lado destacó que "hay cierta mejoría en las condiciones del mercado laboral", matizó que "el paro permanece alto", pese a que en noviembre retrocedió del 9 al 8,6 por ciento. Persisten las disidencias Sobre esta base, el banco central norteamericano no atisba un horizonte muy distinto al que veía en noviembre. Como entonces, confesó que espera "un crecimiento moderado en los próximos trimestres" y un retroceso en la tasa de desempleo que no pasará de ser "gradual". Eso sí, avisó de que "las restricciones en los mercados financieros globales continúan siendo un riesgo significativo sobre las perspectivas económicas". En guardia ante esta amenaza, Bernanke reiteró su voluntad de volver a actuar si resulta preciso. "[La Fed] está preparada para usar sus instrumentos para promover una recuperación económica más fuerte en un contexto de estabilidad de precios". Por el momento, seguirá con su programa de compras de deuda pública e hipotecaria. Sin embargo, y como viene siendo habitual en las últimas citas, no todos los miembros de la Fed opinaron del mismo modo. Hubo una disidencia, la del presidente de la delegación de la Fed en Chicago, Charles Evans, que hubiera preferido introducir nuevos estímulos adicionales sin más dilación. Wall Street, a la baja Los inversores también hubieran preferido una mayor celeridad por parte de las huestes capitaneadas por Bernanke. Antes de que la Fed difundiera el comunicado oficial con su decisión, el índice Dow Jones subía un 0,9 por ciento, hasta los 12.130 puntos, y el S&P 500, un 0,6 por ciento, hasta los 1.245 puntos. Minutos después de hacer pública su posición, el primero moderó sus ascensos hasta los 12.040 puntos, mientras que el segundo pasó a bajar un 0,2 por ciento, hasta los 1.235 puntos. Por el contrario, la deuda pública sí se sintió cómoda con el hecho de que la Fed mantenga la puerta abierta a una tercera ronda de estímulos cuantitativos (QE3). Los inversores trataron de ganar por la mano a los movimientos futuros del banco central norteamericano y sus compras permitieron que la rentabilidad de los bonos estadounidenses a 10 años descendiera del 2,05 al 1,96 por ciento.