Se mantuvo en el hangar en las primeras sesiones del año. Los primeros pasos de Vueling se tradujeron en un recorte del 9,6 por ciento. Pero ayer se decidió a estrenar el signo positivo en 2008 y lo hizo con un despegue sin precedentes. Las acciones de la aerolínea se dispararon un 32,8 por ciento. Nunca antes había experimentado un impulso igual desde su primer vuelo en bolsa, en diciembre de 2006. Una subida que llevó el precio de sus títulos a niveles de mayo de 2007, al cerrar en los 10,75 euros. Sin embargo, Vueling continúa lejos de alcanzar el precio al que debutó, los 30 euros por título, y desde su estreno pierde ya un 64 por ciento. Fueron los inversores los que hicieron posible que el volumen de títulos negociados en la sesión fuese cuatro veces superior a lo que se negocia de media diaria al año -cambiaron de manos casi 871.500 millones de acciones de la compañía-. Pero fueron los pasajeros de la aerolínea los responsables en parte de este ascenso. Los datos de ocupación correspondientes al ejercicio pasado llenaron el parqué de optimismo. Es la ironía del contraste de Vueling. Mal año en el parqué, pero bueno en los aeropuertos. La compañía presidida por Josep Piqué ha sido uno de los valores más penalizados en 2007, al retroceder un 72,6 por ciento y convertirse en el cuarto peor valor de la bolsa española. Sin embargo los 6,2 millones de pasajeros que transportó la aerolínea han hecho que incrementase su ocupación respecto al año anterior un 77 por ciento. Y que, con la subida de ayer, se convirtiese en el valor que más avanza en lo que va de año. Los inversores aprobaron también los cambios en su consejo de administración, con el nombramiento del que fuera director de Spanair, Lars Niggaard, como consejero delegado.