El barril de crudo rebasó en EEUU la mítica cifra, impulsó otras materias primas y sepultó las bolsasmadrid. Pocas veces una cifra ha albergado tanto simbolismo como los 100 dólares que el barril de petróleo alcanzó ayer. De hecho, lo ha sido hasta en la fecha: que se haya producido en la primera sesión del año hace pensar que este 2008 no será apto para cardiacos. La campanada del petróleo llegó a las 18:07 hora española, 12:07 en Nueva York, ciudad en la que el contrato sobre el crudo tipo West Texas tocó su cima en los 100 dólares exactos, ni un centavo más ni uno menos, para después recortar ligeramente, pero sin alejarse demasiado. El barril Brent, de referencia en Europa, también subió con fuerza pero en su máximo del día se quedó a dos dólares de los 100. "Realmente es sólo simbólico", explicaba Paul Hornsell, director de análisis de materias primas de Barclays: "No hay nada especial en el hecho de que se hayan rebasado los 100 dólares para decir que represente un cambio". Pero la psicología a veces no entiende de razones. En cuanto la materia prima alcanzó esta mítica cifra, las alarmas se dispararon. Las agencias de comunicación y los medios online -ya fueran especializados en información financiera o no- lanzaron grandes titulares que destacaban el evento. Mientras tanto, los analistas se lanzaron a realizar elucubraciones sobre si los 100 dólares son un techo o sólo una muralla que cae para dar paso a nuevos avances. Las opiniones, como los colores, para todos los gustos. Para Michael Fitzpatrick, vicepresidente de la gestora MF Global, el futuro del petróleo será bajista por culpa de la ralentización del crecimiento económico, una visión opuesta a la de Harry Tchilinguirian, analista petrolero del banco francés BNP Paribas: "Lo que nos ha traído hasta aquí sigue con nosotros. El mercado sigue siendo ilíquido por lo que saltos en los precios como el actual serán frecuentes", dijo en una nota a sus clientes. En su opinión, el contexto no es favorecedor por "la dinámica de un invierno frío, con caída en las reservas y fuerte tensión geopolítica". Temor tras la muerte de Bhutto De los motivos que cita Tchilinguirian, el último parece haber sido el impulsor de los recientes avances. La inestabilidad internacional se ha disparado tras el asesinato en Pakistán de la candidata al Gobierno Benazir Bhutto, la líder de la oposición en este país clave para las relaciones entre la cultura occidental y la islámica, que tiene en sus manos buena parte de la producción de crudo mundial. Desde el pasado 26 de diciembre, el día antes del asesinato de Bhutto, el precio del barril ha dado un salto cercano al 5 por ciento. Pero los expertos ven más motivos para explicar el vertiginoso salto a los 100, como la llegada de 2008, como explica Hakan Kocayusufpasaoglu, director de derivados de materias primas de Credit Suisse: "La situación geopolítica no ha cambiado en nada desde la semana pasada. Lo que quizá estemos viendo son las entradas de dinero de los fondos de inversión de principios de año", afirma a Bloomberg. Esta teoría cobra fuerza al ver lo que ayer, primera sesión de 2008, ocurrió en otros mercados de materias primas. El oro, sin ir más lejos, llegó a marcar máximo de 28 años al rebasar los 860 dólares por onza troy. También avanzaron materias primas agrícolas como la soja, que subió casi un 3 por ciento. Los inversores profesionales estarían cargando la cartera de estos productos para cubrirse de los daños que les puede causar la subida de la inflación, que en buena medida está causada precisamente por la subida de las materias primas. Un círculo vicioso en toda regla que parece absurdo, pero tiene una realidad como trasfondo: las necesidades energéticas de los emergentes, sobre todo China, un fenómeno que ha causado el actual superciclo alcista en las materias primas.