La corrección del 'Brent' traerá una bajada de la gasolina, que registra precios récord en EspañaEn la semana el precio del petróleo retrocede más de un 12%, hasta los 109 dólaresLa corrección del 'Brent' traerá una bajada de la gasolina, que registra precios récord en EspañaEn la semana el precio del petróleo retrocede más de un 12%, hasta los 109 dólaresLa corrección del 'Brent' traerá una bajada de la gasolina, que registra precios récord en EspañaEn la semana el precio del petróleo retrocede más de un 10%, hasta los 113 dólaresmadrid. El principal motor que lleva los precios del crudo al alza es una recuperación económica y por eso, si esa recuperación peligra, también lo hace el rally que hasta ahora ha protagonizado el crudo. Esto explica que el barril Brent, de referencia en Europa, registrara ayer su mayor caída diaria desde el 24 de diciembre de 2008, al ceder un 9,4 por ciento hasta los 109 dólares, justo el día en que se conoció que el precio del litro de gasolina en España acumula su quinto récord histórico consecutivo y se sitúa en 1,381 euros el litro, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea. Al otro lado del Atlántico, la referencia estadounidese West Texas, experimentó una caída muy similar, del 9 por ciento, que devolvió al barril a niveles inferiores a los 100 dólares. De esta manera, las dos grandes referencias acumularon su cuarta jornada consecutiva en números rojos por lo que su retroceso en la semana ya supera, en cada uno de los casos el 12 por ciento, caída semanal que no se veía desde el 7 de mayo de 2010, cuando la crisis de la deuda griega empezó a salpicar al resto de las economías del sur de Europa, España incluida. El eco del discurso de Bernanke Pero, ¿qué ha cambiado en los últimos días que explique las fuertes ventas a las que se está viendo sometido el crudo? La respuesta hay que encontrarla en las nuevas dudas que envuelven a la recuperación económica global, alimentadas en gran medida por la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU. El presidente del banco central norteamericano, Ben Bernanke, aseguró la semana pasada que la recuperación estadounidense sigue siendo "moderada" y se mostró preocupado por la débil reactivación del mercado laboral. Y ayer, varios presidentes de las delegaciones regionales, como Eric Rosengren y John Williams, certificaron que es necesario mantener los estímulos monetarios para continuar alentando la recuperación. Aunque, supuestamente, la prolongación de las ayudas de la Fed puede seguir alimentando la escalada de los activos de riesgo, como viene ocurriendo desde que activó la segunda ronda de estímulos cuantitativos (QE2) en noviembre, el mercado está centrando su mirada en las vulnerabilidades de la economía estadounidense. En este sentido, no ha ayudado el mal dato ISM de servicios que se conoció el miércoles en EEUU, que bajó hasta 52,8 desde 57,3 y la encuesta ADP de empleo por el que se conoció que las empresas de EEUU crearon 179.000 puestos de trabajo, frente a los 207.000 que se esperaban. Este mal dato supone un mal precedente para la publicación de hoy de la tasa de desempleo estadounidense, que los expertos pronostican que se mantendrá en el 8,8 por ciento. Cualquier cifra superior supondrá un fuerte varapalo para la principal economía del mundo y, por ende, para el petróleo y el resto de activos de riesgo. De momento, el crudo es el que se está llevando la peor parte de la desconfianza que ahora genera la economía estadounidense, además de por el repunte que ayer experimentó el dólar gracias a las palabras de Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE) (ver página 18). Unas dudas que, a diferencia de en ocasiones anteriores, tampoco están impulsando la cotización del oro, el activo refugio por excelencia. De hecho, la onza cayó ayer un 1,93 por ciento hasta los 1.487 dólares (ver apoyo), lo que indica que cada vez son menos los inversores que ven la inflación como un peligro del que tengan que defenderse. Una idea ésta avalada en gran medida por Trichet que, contra todo pronóstico, indicó que "analizará muy de cerca" su evolución y no que la someterá a una "fuerte vigilancia". Y es que la amenaza de la inflación es la que ha impulsado el precio del metal y también del crudo. "Sólo si crecen las expectativas de inflación vemos un barril de crudo por encima de los 140 dólares", afirman en Bank of America- Merrill Lynch. Tampoco las bolsas recibieron de buen grado las crecientes dudas sobre la sostenibilidad de la economía estadounidense. Con la excepción del Dax alemán, que cerró plano, el resto de parqués revalidaron los números rojos de las jornadas anteriores. Así, el Ibex cedió un 0,80 por ciento y el EuroStoxx, un 0,86 por ciento, reafirmando así la correlación que históricamente han guardado con el precio del crudo (ver gráfico). Mientras, el otro lado del Atlántico, tanto los nortemericanos Dow Jones como el S&P500 terminaron la sesión con números rojos.madrid. El principal motor que lleva los precios del crudo al alza es una recuperación económica y por eso, si esa recuperación peligra, también lo hace el rally que hasta ahora ha protagonizado el crudo. Esto explica que el barril Brent, de referencia en Europa, registrara ayer su mayor caída diaria desde el 24 de diciembre de 2008, al ceder un 9,4 por ciento hasta los 109 dólares, justo el día en que se conoció que el precio del litro de gasolina en España acumula su quinto récord histórico consecutivo y se sitúa en 1,381 euros el litro, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea. Al otro lado del Atlántico, la referencia estadounidese West Texas, experimentó una caída muy similar, del 9 por ciento, que devolvió al barril a niveles inferiores a los 100 dólares. De esta manera, las dos grandes referencias acumularon su cuarta jornada consecutiva en números rojos por lo que su retroceso en la semana ya supera, en cada uno de los casos el 12 por ciento, caída semanal que no se veía desde el 7 de mayo de 2010, cuando la crisis de la deuda griega empezó a salpicar al resto de las economías del sur de Europa, España incluida. El eco del discurso de Bernanke Pero, ¿qué ha cambiado en los últimos días que explique las fuertes ventas a las que se está viendo sometido el crudo? La respuesta hay que encontrarla en las nuevas dudas que envuelven a la recuperación económica global, alimentadas en gran medida por la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU. El presidente del banco central norteamericano, Ben Bernanke, aseguró la semana pasada que la recuperación estadounidense sigue siendo "moderada" y se mostró preocupado por la débil reactivación del mercado laboral. Y ayer, varios presidentes de las delegaciones regionales, como Eric Rosengren y John Williams, certificaron que es necesario mantener los estímulos monetarios para continuar alentando la recuperación. Aunque, supuestamente, la prolongación de las ayudas de la Fed puede seguir alimentando la escalada de los activos de riesgo, como viene ocurriendo desde que activó la segunda ronda de estímulos cuantitativos (QE2) en noviembre, el mercado está centrando su mirada en las vulnerabilidades de la economía estadounidense. En este sentido, no ha ayudado el mal dato ISM de servicios que se conoció el miércoles en EEUU, que bajó hasta 52,8 desde 57,3 y la encuesta ADP de empleo por el que se conoció que las empresas de EEUU crearon 179.000 puestos de trabajo, frente a los 207.000 que se esperaban. Este mal dato supone un mal precedente para la publicación de hoy de la tasa de desempleo estadounidense, que los expertos pronostican que se mantendrá en el 8,8 por ciento. Cualquier cifra superior supondrá un fuerte varapalo para la principal economía del mundo y, por ende, para el petróleo y el resto de activos de riesgo. De momento, el crudo es el que se está llevando la peor parte de la desconfianza que ahora genera la economía estadounidense, además de por el repunte que ayer experimentó el dólar gracias a las palabras de Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE) (ver página 18). Unas dudas que, a diferencia de en ocasiones anteriores, tampoco están impulsando la cotización del oro, el activo refugio por excelencia. De hecho, la onza cayó ayer un 1,93 por ciento hasta los 1.487 dólares (ver apoyo), lo que indica que cada vez son menos los inversores que ven la inflación como un peligro del que tengan que defenderse. Una idea ésta avalada en gran medida por Trichet que, contra todo pronóstico, indicó que "analizará muy de cerca" su evolución y no que la someterá a una "fuerte vigilancia". Y es que la amenaza de la inflación es la que ha impulsado el precio del metal y también del crudo. "Sólo si crecen las expectativas de inflación vemos un barril de crudo por encima de los 140 dólares", afirman en Bank of America- Merrill Lynch. Tampoco las bolsas recibieron de buen grado las crecientes dudas sobre la sostenibilidad de la economía estadounidense. Con la excepción del Dax alemán, que cerró plano, el resto de parqués revalidaron los números rojos de las jornadas anteriores. Así, el Ibex cedió un 0,80 por ciento y el EuroStoxx, un 0,86 por ciento, reafirmando así la correlación que históricamente han guardado con el precio del crudo (ver gráfico). Mientras, el otro lado del Atlántico, tanto los nortemericanos Dow Jones como el S&P500 terminaron la sesión con números rojos.madrid. El principal motor que lleva los precios del crudo al alza es una recuperación económica y por eso, si esa recuperación peligra, también lo hace el rally que hasta ahora ha protagonizado el crudo. Esto explica que el barril Brent, de referencia en Europa, registrara ayer su mayor caída diaria desde el 30 de marzo de 2009, al ceder un 6,6 por ciento hasta los 113 dólares, justo el día en que se conoció que el precio del litro de gasolina en España acumula su quinto récord histórico consecutivo y se sitúa en 1,381 euros el litro, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea. Al otro lado del Atlántico, la referencia estadounidese West Texas, experimentó una caída muy similar, del 6 por ciento, que devolvió al barril a niveles de los 101 dólares. De esta manera, las dos grandes referencias acumularon su cuarta jornada consecutiva en números rojos por lo que su retroceso en la semana ya supera, en cada uno de los casos el 10 por ciento, caída semanal que no se veía desde el 7 de mayo de 2010, cuando la crisis de la deuda griega empezó a salpicar al resto de las economías del sur de Europa, España incluida. El eco del discurso de Bernanke Pero, ¿qué ha cambiado en los últimos días que explique las fuertes ventas a las que se está viendo sometido el crudo? La respuesta hay que encontrarla en las nuevas dudas que envuelven a la recuperación económica global, alimentadas en gran medida por la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU. El presidente del banco central norteamericano, Ben Bernanke, aseguró la semana pasada que la recuperación estadounidense sigue siendo "moderada" y se mostró preocupado por la débil reactivación del mercado laboral. Y ayer, varios presidentes de las delegaciones regionales, como Eric Rosengren y John Williams, certificaron que es necesario mantener los estímulos monetarios para continuar alentando la recuperación. Aunque, supuestamente, la prolongación de las ayudas de la Fed puede seguir alimentando la escalada de los activos de riesgo, como viene ocurriendo desde que activó la segunda ronda de estímulos cuantitativos (QE2) en noviembre, el mercado está centrando su mirada en las vulnerabilidades de la economía estadounidense. En este sentido, no ha ayudado el mal dato ISM de servicios que se conoció el miércoles en EEUU, que bajó hasta 52,8 desde 57,3 y la encuesta ADP de empleo por el que se conoció que las empresas de EEUU crearon 179.000 puestos de trabajo, frente a los 207.000 que se esperaban. Este mal dato supone un mal precedente para la publicación de hoy de la tasa de desempleo estadounidense, que los expertos pronostican que se mantendrá en el 8,8 por ciento. Cualquier cifra superior supondrá un fuerte varapalo para la principal economía del mundo y, por ende, para el petróleo y el resto de activos de riesgo. De momento, el crudo es el que se está llevando la peor parte de la desconfianza que ahora genera la economía estadounidense, además de por el repunte que ayer experimentó el dólar gracias a las palabras de Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE) (ver página 18). Unas dudas que, a diferencia de en ocasiones anteriores, tampoco están impulsando la cotización del oro, el activo refugio por excelencia. De hecho, la onza cayó ayer un 1,93 por ciento hasta los 1.487 dólares (ver apoyo), lo que indica que cada vez son menos los inversores que ven la inflación como un peligro del que tengan que defenderse. Una idea ésta avalada en gran medida por Trichet que, contra todo pronóstico, indicó que "analizará muy de cerca" su evolución y no que la someterá a una "fuerte vigilancia". Y es que la amenaza de la inflación es la que ha impulsado el precio del metal y también del crudo. "Sólo si crecen las expectativas de inflación vemos un barril de crudo por encima de los 140 dólares", afirman en Bank of America- Merrill Lynch. Tampoco las bolsas recibieron de buen grado las crecientes dudas sobre la sostenibilidad de la economía estadounidense. Con la excepción del Dax alemán, que cerró plano, el resto de parqués revalidaron los números rojos de las jornadas anteriores. Así, el Ibex cedió un 0,80 por ciento y el EuroStoxx, un 0,86 por ciento, reafirmando así la correlación que históricamente han guardado con el precio del crudo (ver gráfico). Mientras, el otro lado del Atlántico, tanto los nortemericanos Dow Jones como el S&P500 también acumulaban retrocesos a media sesión.