Habían quedado todos en casa de Merrill Lynch para celebrar la nueva edición de su congreso anual de banca. La expectación, evidentemente, era absoluta, después de las incertidumbres que envolvieron al sector bancario tras el estallido este verano de una crisis crediticia global. Y los bancos, al menos los españoles, no defraudaron.Todas las entidades del Ibex 35 lucieron ayer en verde, aunque su impulso alcista no fue suficiente para contagiar al primer índice español, que se dejó un 0,45 por ciento. A la cabeza de las subidas se situó Banesto, que se anotó un 2,1 por ciento, para cerrar en los 14 euros, nivel que había perdido en las últimas sesiones de duro castigo de principios de septiembre.Las palabras de Ana Patricia Botín, presidenta de la entidad, fueron el bálsamo que calmó, al menos por el momento, el resquemor del mercado hacia el máximo representante de la banca mediana. Botín aseguró que "Banesto está bien posicionado para afrontar la situación de incertidumbre actual, gracias a la diversificación de su negocio, su política de prudencia, no tener inversiones en activos dañados por la crisis, su buena cartera de hipotecas de calidad y su elevada capacidad para generar liquidez", entre otras cosas.También destacó Popular, que avanzó un 0,24 tras anunciar que espera que su beneficio por acción se incremente un 15 por ciento en los próximos años (ver información superior). Estos repuntes animaron al resto de entidades de la banca mediana: Bankinter se anotó un 1,63 por ciento, mientras que Banco Sabadell se apuntó un 0,8 por ciento. Los gigantes bancarios, BBVA y Santander, celebraron junto a los medianos las alzas gran parte del día, pero al final se desinflaron. Santander cayó un 0,07 por ciento y BBVA acabó sin variación.