"Señoras y señores, vuelvan a sus asientos, abróchense los cinturones y mantengan la calma, sólo atravesamos una zona de turbulencias". Si los responsables de Vueling pudieran hablar con los accionistas de la compañía, probablemente les dirían algo semejante.Pero los accionistas ya hace tiempo que empezaron a abandonar la nave, alentados a última hora por los bancos de inversión, que ya se olían que aquella zona de turbulencias no pasaba, sino que iba in crescendo. De hecho, en sólo dos sesiones la compañía ha perdido más de un 27 por ciento de su valor. Las acciones que ahora valen 8 euros no parecen las mismas que el 23 de febrero cotizaban en 46,7 euros.Vueling tiene a todo el mundo en su contra, especialmente a las firmas de análisis. Sólo BBVA y Santander siguen aconsejando comprar, aunque en informes emitidos antes de que el sufrimiento de la compañía en el parqué se hiciera insoportable.La mayoría de expertos opta por una postura neutral, pero no faltan los que recomiendan encarecidamente la venta. El ejemplo más claro de este segundo grupo es, paradójicamente, Goldman Sachs, que fue colocador de Vueling en su debut bursátil y que valora sus títulos en los 2,5 euros, ya que prevé que la aerolínea registre pérdidas al menos hasta 2009.Otras firmas de análisis no sólo aconsejan vender, sino que muestran una clara decepción con la compañía. Así lo expresa Link: "las reiteradas revisiones de resultados a la baja, que nos han sido negadas por la compañía siempre poco antes de producirse, nos han generado una falta de confianza en la comunicación de la empresa".