Los fabricantes de automóviles lo tienen claro. La fase expansiva que ha caracterizado al mercado español de turismos en los primeros seis años de esta década se ha acabado. Sin embargo, es el momento de la prudencia, no del pesimismo. Según Luis Valero, director general de la patronal de los fabricantes de automóviles y camiones (Anfac), las subidas de tipos han erosionado el poder aquisitivo de las familias, circunstancia que ha frenado el consumo y las ventas de automóviles, pero la crisis subprime no se ha hecho notar sobre el mercado, al menos hasta ahora. P ¿Cómo va este año el mercado automovilístico en España?R Las cifras hasta agosto nos hablan de una bajada moderada de un punto y medio porcentual. Sin embargo, hay que destacar que las ventas a particulares han registado una caída ligeramente superior, de un 2,5 por ciento. Nuestra previsión para 2007 era de una caída del 2 por ciento y los datos que nos están llegando hasta ahora apuntan a que acertamos.P ¿Cuáles son las causas de esta bajada? R Las ventas de turismos son uno de los mejores indicadores del consumo y éste está registrando una moderada desaceleración. La subida de los tipos no ayuda: por un lado, encarece las hipotecas y por otro, los préstamos que financian las compras de automóviles.P Sin embargo, el descenso en España es más acusado que en los dos principales mercados europeos, Alemania e Italia...R El mercado español ha vivido en los últimos años un crecimiento extraordinario. Ahora las ventas están registrando una rebaja paulatina y moderada porque el mercado está dando señales de madurez. Y no olvidemos que Italia y Alemania están incentivando la compra de automóviles. P La crisis 'subprime' ha arrojado dudas sobre la evolución del consumo en Europa. ¿Han notado algo al respecto? R No. Los datos que nos han llegado hasta ahora indican que, de momento, la crisis estadounidense no ha repercutido directamente sobre España. Podría haber efectos sobre la confianza de los consumidores, pero repito que hasta ahora no lo hemos registrado. P Con lo cual, no tiene previsto cambiar las previsiones hasta diciembre...R En principio, no. Como le decía, por ahora estamos acertando con las que tenemos. Eso sí, será la parte más difícil del año.P ¿Por qué?R Aunque no haya motivos de alarma inmediatos, el clima general no es el más favorable. Además, el cambio del régimen fiscal favorecerá, a partir del uno enero, la compra de coches menos contaminantes y esta circunstancia podría generar un efecto espera.P ¿Qué pasará en 2008?R De momento no tenemos previsiones oficiales, pero, aplicando los criterios macroeconómicos, prevemos que el mercado seguirá a la baja. Las previsiones apuntan a que el consumo seguirá moderándose y con él, las ventas de turismos. Eso sí, esperamos que las medidas fiscales, que se aplicarán a los coches que emiten menos CO2, suavicen el efecto, con lo que, salvo una subida de los tipos mayor de lo previsto y unos datos de empleo peores de los esperado, el bache no debería ser demasiado profundo.P Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional aseguró que en 2008 la crisis americana sí que afectará a la economía europea...R La mala marcha de la economía americana siempre afecta a Europa, sobre todo desde el punto de vista de las exportaciones. Pero una restricción en la concesión de créditos sí que tendría un efecto más negativo.P Fabricantes estadounidenses como General Motors están sufriendo mucho. ¿Podrían reducir sus inversiones en Europa?R Una cosa son entidades como GMAC, la financiera de General Motors, cuya cuota mayoritaria pertenece al fondo de capital riesgo Cerberus, y otra, los fabricantes. No veo, de momento, un problema con sus inversiones.P En 2006, la industria del automóvil pesó un 4,9 por ciento sobre el PIB español, un 9,3 por ciento sobre el empleo y un 21,6 por ciento sobre las exportaciones. ¿Cree que la industria podría hacer, al menos en parte, de 'sustituto' del sector inmobiliario?R No. Aunque de noviembre a julio nuestra producción ha crecido en más de un nueve por ciento y prevemos mantenerla, un cambio de ciclo en el sector inmobiliario tendría un efecto muliplicador sobre la economía para el que no hay sustituto.