La portuguesa necesita la remuneración de Vivo que la 'teleco' española pretende bloquearS&P mantiene una visión negativa de su 'rating', lo que encarecería su financiación en los mercadosmadrid. Enfrentarse a un gigante no es tarea sencilla. Lo hizo David contra Goliat, y ahora la historia se repite con la disputa entre Telefónica y Portugal Telecom (PT) por el interés de la española en hacerse con el control total de Vivo. Pero, en esta ocasión, puede que el vencedor sea el gigante de la historia, Goliat. Es decir, Telefónica. La operadora ha manifestado su intención de no poner más carne en el asador a la oferta actual de 5.700 millones de euros que ha lanzado por el 50 por ciento de Brasilcel (sociedad que comparte con la portuguesa y a través de la cual ambas poseen su participación en Vivo). Y, mientras tanto, Telefónica explora las debilidades del único obstáculo que la separa de crecer en Brasil: Portugal Telecom. La mayor de estas flaquezas es que, mientras a la española le sobra músculo financiero, a su socio portugués -ésta posee un 10 por ciento de PT- podrían complicársele mucho las cosas. Telefónica se guarda un último as en la manga antes de dar el golpe en la mesa y decantarse por una oferta de adquisición hostil. De hecho, tiene en sus manos tensar la cuerda todavía más si decide bloquear el cobro del dividendo de Vivo a Portugal Telecom. Una acción que no sería descabellada, teniendo en cuenta que la portuguesa ya la contemplaba entre los riesgos que relataba en un informe del mes de abril, correspondiente a una emisión de deuda valorada en 7.500 millones de euros. Y algo que puede resultar enrevesado es, en realidad, muy simple: Brasilcel, sociedad que comparten ambas telecos al 50 por ciento, recibe la parte del dividendo que le corresponde de Vivo (por el 60 por ciento que controla de la brasileña, ya que el otro 40 por ciento es capital libre en bolsa). Pero, tal y como señala Adrián Zunzunegui, desde Iberian Equities, "si uno de los dos socios no está de acuerdo en ello no se reparten el dividendo". Y aquí comienzan los problemas de Portugal Telecom. Primero, porque, como indica este experto, la compañía "suele pagar dividendo con la caja que genera, con lo cual, necesita el dividendo de Vivo para retribuir". Es decir, con la oposición de Telefónica a repartirse la remuneración de Vivo, pone a la compañía portuguesa contra las cuerdas y la obligaría incluso a tener que endeudarse para cubrir su propia remuneración. En este sentido, JPMorgan estima que el dividendo de la brasileña aporta un 20 por ciento de los 500 millones de euros que destina PT a dividendos. Endeudarse no es tan fácil Quitarle a Portugal Telecom el pago de Vivo sería una piedra más en su zapato. Los compromisos financieros contraídos por la compañía -que los analistas cifran en 5.400 millones de euros al cierre de este año- suponen 2,1 veces el beneficio bruto de explotación previsto para 2010. Pero además, recientemente la agencia de calificación S&P colocó el rating de Portugal Telecom en perspectiva negativa para un posible recorte. Actualmente, la calificación que le otorgan las principales agencias (BBB, en el caso de S&P) se sitúa a tan sólo 2 escalones de convertirse en bono basura. Y una rebaja de rating no haría más que encarecer su acceso a nueva financiación. A nadie en el mercado le cabe duda alguna de que Telefónica podría reeditar su oferta por Vivo para hacerla más suculenta (tiene margen para hacerlo sin sobrepasar el compromiso de no elevar su nivel de endeudamiento por encima de las 2,5 veces su beneficio bruto). El Economista ya publicó el 19 de mayo que si pusiese a funcionar toda su artillería podría elevar hasta un 50 por ciento su oferta. "Telefónica está estudiando otras alternativas antes de lanzar una opa hostil", indica Ivan Sanfélix, desde Renta 4. Pero Portugal Telecom insiste en que la brasileña es, para ella, un activo estratégico. Sin embargo, fuentes del mercado señalan que eso dejará de ser así en el mismo momento en que entre en vigor la nueva regulación contable, en 2012. Nuevas normas que, según indica Ahorro Corporación "sustituirán la consolidación proporcional que se usa ahora para las joint-venture por una por puesta en equivalencia". Es decir, el resultado es un impacto negativo directo en las cuentas de la portuguesa, ya que actualmente la forma en que consolida a Vivo en su balance supuso un 46 por ciento de sus ingresos en 2009 o, lo que es lo mismo más de 3.100 millones de euros. Razón de más por la que los expertos señalan que a la compañía le interesaría deshacerse de esa participación.