madrid. Ya no hacen falta ni cámaras ocultas, ni teléfonos pinchados para descubrir un fraude. Por lo menos si éste es financiero. Basta tan sólo una conexión a Internet y una cuenta de correo electrónico para recopilar pruebas que justifiquen una demanda. Al menos así ha sido en la demanda civil que ha presentado el organismo regulador nortemericano (SEC, por sus siglas en inglés) contra Goldman Sachs por un fraude ligado a las hipotecas subprime. Cuando uno se lee los 22 folios que componen la demanda de la SEC contra el mayor (y único) banco norteamericano de inversión, sorprende la cantidad de pruebas obtenidas a través del correo electrónico de Fabrice Tourre, vicepresidente del producto Abacus 2007-AC1 y quien, por cierto, de definió a sí mismo como "fabuloso Fab" en uno de esos emails. Todo comenzó en 2005. John Paulson, gestor de hedge funds, le preguntaba a su mano derecha Paolo Pellegrini ante el boom del mercado inmobiliario ¿Hay alguna burbuja en la que podamos invertir a corto? Y éste le dio la respuesta: las titulizaciones hipotecarias. Sólo un año más tarde Paulson, uno de los clientes más importantes de Goldman Sachs, acudía al banco con una intención: quería invertir a la baja en derivados sobre el mercado hipotecario estadounidense (CDO). Y el banco no desoyó sus deseos. El problema es que para que el gestor pudiera invertir a la baja, era necesario que existiera el producto, que hubiera otros inversores. Es decir, Paulson necesitaba a alguien que pudiera darle una contrapartida. La vía para conseguirlo estaba clara: era necesario construir un vehículo ad hoc para los intereses de Paulson. Pero ese alguien no compraría nunca un vehículo en el que estuviera Paulson, ya que era un conocido inversor bajista. Hacía falta un intermediario que creara la cartera y figurara como tal. Y ahí entró en escena ACA Management, firma especializada en análisis de crédito. Y así lo manifestaría el 7 de febrero de 2007 Fabrice Tourre en un email: "Una cosa de la que nos tenemos que asegurar es de que ACA entienda que queremos su nombre en esta operación [...] es muy importante para que podamos distribuir la cartera". De hecho, Goldman Sachs sólo utilizaría el nombre de ACA para explicar a IBK, el banco alemán que invirtió 150 millones de dólares en Abacus, quién estaba detrás de la estructura. "La cartera está seleccionada por ACA", afirmó en un email que data del 6 de marzo de 2007, justo antes de cerrar la operación. Las dudas iniciales En enero de 2007 representantes de ACA y miembros de Paulson&Co se reunieron en las oficinas que tiene el hedge fund en Nueva York. A ACA le sorprendió que el gestor fuese activo en la selección de la misma. De hecho, así se lo manifestó uno de los asistentes a un empleado de Goldman Sachs: "No acabo de entender por qué Paulson quiere participar en esto. ¿Puedes explicármelo?". Tourre fue el encargado de solucionar la duda: "ACA será quien realice la selección de carteras para la operación y ésta está patrocinada por Paulson por lo que sería ideal empezar a construir la cartera con las recomendaciones que habéis compartido con Paulson". Pero en este email no se especificaba que lo que Paulson buscaba era invertir a la baja en esta cartera. De hecho, parecía justo lo contrario, ya que aunque Tourre sí informó que Paulson sería el patrocinador, es decir, que pondría dinero (200 millones de dólares), le engañó para que pensara que lo hacía, como es habitual en este tipo de operaciones, a largo plazo. Configuración de la cartera Disipadas las primeras dudas, Tourre, ACA Management y Paulson se pusieron a componer la cartera. El primer paso lo dio Paulson. Mandó a Tourre la cartera de hipotecas subprime que él consideraba que había que incluir (siempre pensando en aquellas que no tenían potencial ya que su intención era invertir a corto). Tourre le reenvió la propuesta a ACA. Y la firma de inversión las analizó. "Adjunto tienes un archivo con las 86 posiciones que aconsejamos tener. De las 123 que nos mandaste (las que le había dado Paulson) sólo hemos incluido 55", afirmaría ACA en un email a Tourre que data del 22 de enero de 2007. Era necesario acercar posiciones. Y qué mejor que una reunión entre los tres. Se celebró el 2 de febrero de 2007 en Nueva York. En ese momento, Paulson ya había comprado seguros contra el riesgo de impago de las hipotecas que ya habían sido preseleccionadas. En medio de la reunión, Tourre, joven broker que no llegaba a la treintena, no salía de su asombro. "Estoy en la reunión de ACA y Paulson. Esto es surrealista", escribiría a otro empleado de Goldman vía email. La reunión no fue en balde y ese mismo día a última hora de la tarde, ACA mandaba un correo electrónico con copia a Paulson, Goldman Sachs y Tourre: "Se incluye la lista de 82 RMBS (hipotecas subprime residenciales) que tanto Paulson como ACA acordaron más una lista de 21 RMBS más. Avísadme si estáis de acuerdo". Lo estaban. Convencer a los inversores Una vez creada la criatura, Abacus 2007 AC1, había que encontrar inversores. Y había que hacerlo pronto ya que, como le advirtió el jefe de productos estructurados de Goldman a Fabrice Tourre a través (también) de un correo electrónico "la inversión en CDO está muerta. No nos queda mucho tiempo". Así, incidiendo en que era ACA Management el gestor de la cartera y omitiendo, según dice la SEC, en su denuncia, cualquier referencia a que John Paulson estaba detrás de la historia (no incluyó su nombre ni en el folleto ni en la memoria del producto) el departamento de marketing del banco norteamericano se puso manos a la obra. Consiguió su objetivo. El 26 de abril de 2007 cierra el trato con IKB. El banco alemán ya había advertido a finales de 2006 que no invertiría en una cartera de CDO a no ser que ésta tuviera un intermediario independiente con conocimiento del mercado hipotecario. Con ACA como "gestor de la cartera" el problema desapareció y el banco alemán terminó invirtiendo 150 millones en la cartera y ABN Amro hizo lo propio con 900 millones de dólares. Paulson, por su parte, paga a Goldman 15 millones de dólares por concluir con éxito la operación. 6 meses para perder... o ganar Tres meses después de cerrarse Abacus 2007 AC1A, en agosto de 2008, el mercado se despertaba con los problemas que empezaban a mostrar las prestamistas hipotecarias, al aumentar los impagos de alto riesgo como consecuencia del boom del precio de la vivienda y del aumento de los tipos de interés. En octubre de ese mismo año, el 88 por ciento de la cartera de Abacus había sufrido un recorte de rating e IKB, que había invertido en ese tipo de hipotecas, ya había perdido 1.000 millones de dólares. Mientras, Paulson, que había invertido pensando que ese mercado se desplomaría acumulaba ganancias de 1.000 millones de euros. Aunque en ese momento, muchos pequeños inversores se vieron salpicados por el fraude de las subprime, no parece que el fraude de Goldman vaya a afectarles de la misma manera. Ni a los minoristas. Ni a los mercados, que ayer se dejaron llevar más por los resultados de Goldman que por los coletazos del fraude. Lo explica Dick Bove, analista financiero de Rochdale Securities a CNBC. "No fue un producto minorista vendido a inversores poco sofisticados". Sin embargo, y aunque tacha de "débil" la demanda de la SEC -de hecho, ayer se conoció que miembros republicanos del organismo eran reacios a seguir adelante con la demanda de fraude-, no descarta que "cree el marco para otro colapso" de nuestro sistema financiero.