Mientras Europa está de fiesta, Estados Unidos publica hoy importantes referencias económicasmadrid. Cuando parecía que el dólar intentaba ayer coger fuerza frente al euro, llegó una nueva oleada de datos macroeconómicos para quitarle la razón a quienes se apuntaban al carro de que el dólar se ha quedado barato. El punto de giro lo marcó la publicación del dato de inflación del consumo privado, una de las estadísticas más seguidas por la Reserva Federal a la hora de mover tipos. Esta cifra no registró cambios en marzo, cuando los expertos esperaban un ligero repunte, lo que llevó a los operadores a pensar que la economía está perdiendo fuelle y que la Fed tendrá que bajar tipos, todo lo contrario que está haciendo el Banco Central Europeo con la creciente economía europea. Tres horas después, un euro se cambiaba por 1,3679 dólares, muy cerca de los 1,368 en los que la divisa europea alcanzó máximos frente a la americana la semana pasada. En ese punto, los inversores decidieron tomar beneficios, sobre todo al ver que el citado dato se contradecía con otro de los publicados ayer, el de gasto personal, que superó las estimaciones de los analistas en una décima y además fue revisado al alza en su lectura de febrero.Pero esto no va a quedar así. Hoy, mientras Europa estará de fiesta por el Día del Trabajo, en Estados Unidos se publican datos que tendrán efecto en el mercado de divisas: las ventas de casas pendientes, que probarán la gravedad de la crisis del sector inmobiliario, y la actividad industrial, medida a través del índice ISM de manufacturas.El euro tampoco pudo marcar ayer nuevos máximos en su relación frente al yen japonés, que rebotó hasta 163,2 yenes.