La divisa europea acumula una subida del 6,5 por ciento en las cinco últimas semanasmadrid. La fortaleza del euro también aportó su granito de arena a la fuerte caída que sufrieron ayer los mercados bursátiles europeos. En un momento en el que la zona euro aún está luchando por asentar su recuperación, la vertiginosa escalada de la divisa europea supone una amenaza para varias de las mayores economías de la región, como la alemana; de ahí el temblor de los parqués. Ayer, el euro llegó a marcar por la mañana un máximo diario de 1,296 dólares, su tipo de cambio más alto frente a la moneda estadounidense desde el 6 de mayo de 2005. Por la tarde, moderó su marcha y se movió en torno a los 1,288 dólares, un valor que dio lugar a un repunte semanal del 1,2 por ciento. Tras esta ganancia, el euro acumula ya cinco semanas consecutivas de avances, un periodo en el que se ha revalorizado un 6,5 por ciento. Hay que remontarse hasta finales de 2004 para encontrar una racha alcista mayor, puesto que entre octubre y diciembre de ese año se disparó un 7,8 por ciento en siete semanas sucesivas de ascensos. El ímpetu del euro, que responde a que el mercado está apostando en contra del dólar más que a su propia fortaleza, sólo se contuvo cuando los datos publicados ayer en Estados Unidos dieron algo de aire fresco a la moneda norteamericana. En marzo, la balanza comercial arrojó un déficit de 62.000 millones de dólares. Aunque esta cifra siguió engordando el desequilibrio comercial estadounidense fue inferior a los 67.000 millones de dólares esperados por el mercado; un hecho que supuso un alivio para el dólar. Además, los precios de los productos importados repuntaron un 2,1 por ciento en abril, muy por encima del 1,2 por ciento previsto. Este dato incrementó los temores inflacionistas, y por lo tanto, la posibilidad de que los tipos de interés continúen subiendo en EEUU. Algo que beneficiaría a la moneda norteamericana.