La jornada previa al martes 13, el principal índice bursátil Ibex 35 se dejó un 0,72%madrid. Tocaba aligerar algo de peso para cumplir con exactitud el guión bursátil: tras una fuerte subida y después del mal comportamiento de la bolsa norteamericana el viernes, lo más prudente era recoger algunos beneficios y esperar nuevos acontecimientos. Y al pie de la letra actuaron ayer los principales índices de la zona euro, el Ibex 35 incluido, que se dejó un 0,72 por ciento, para colocarse a 14.769 puntos.Este descenso, el más fuerte del índice desde el 26 de enero, volvió a poner distancia con la histórica plusmarca de los 15.000 puntos. Es la segunda vez en las cinco últimas sesiones (véase gráfico) que el índice sufre de vértigo al acercarse a él. El mejor dato que arrojó la caída del lunes es que se produjo sin pánico.El índice Vix -que mide la volatilidad de la bolsa norteamericana- continúa por debajo de los 12 puntos. En el último descenso brusco sufrido por el parqué -entre mayo y junio de 2006- llegó a superar los 20 puntos. Sin embargo, sí que empieza a notarse que algunos inversores están algo más incómodos porque la volatilidad lleva tres sesiones consecutivas al alza. Desde hace varias semanas, los expertos previenen que en algún momento la bolsa tendrá que hacer un alto en el camino para digerir toda la subida, porque la renta variable española lleva ocho meses de avances consecutivos.Una semana para buscar datosEn cualquier caso, mientras no vuelvan a dispararse los movimientos corporativos, la evolución de los pesos pesados de la bolsa y lo que haga Wall Street pueden marcar la pauta. De los blue-chips no se esperan noticias pronto. Santander, BBVA y Endesa ya han presentado sus resultados de 2006, los de Iberdrola y Repsol llegarán el 20 y el 27 de febrero, respectivamente, y para conocer los de Telefónica habrá que esperar hasta el próximo 1 de marzo. Ayer fueron ellos los lastres del índice. BBVA fue el que restó más puntos, al dejarse un 1,5 por ciento, para terminar en los 19,67 euros. Ninguno de los grandes escapó a la recogida de beneficios.A corto plazo, lo previsible es que la renta variable se deje guiar por lo que diga Wall Street y éste tiene una cita importantísima esta semana con Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (Fed). La cabeza visible del organismo que decide el rumbo de la política monetaria de Estados Unidos evaluará el estado de la economía norteamericana ante el Senado mañana y ante el Congreso, el jueves. En estas intervenciones el mercado buscará nuevas pistas sobre qué piensa hacer con los tipos de interés. Los inversores empiezan a perder la esperanza -como descontaban hace meses- de que el precio del dinero vaya a bajar a lo largo de 2007, porque el crecimiento de la economía estadounidense está moderándose menos de lo esperado.La duda ahora es que después de mantener el precio del dinero sin cambios, en el 5,25 por ciento, desde agosto de 2006, deje intuir que la salud económica incluso permitiría subirlos.