Al mercado le ha costado digerir que Campofrío haya vendido el grupo Montagne Noir. La noticia se conoció el viernes, y aunque la compañía de alimentación protagonizó tímidas subidas ese día y el lunes, no fue hasta la pasada sesión cuando pudo saborear la desinversión en un mercado que le provocaba muchos quebraderos de cabeza. Ayer, sus acciones avanzaron un 3,5 por ciento, para acabar la jornada en los 14,5 euros.Francia era una de las bestias negras de Campofrío. La falta de demanda en este mercado ha hecho que la compañía haya decidido vender su filial gala a la empresa Maisadour Vivadour Val de Sèvre. Según Campofrío, esta venta -por la que percibirá alrededor de 14 millones de euros- obedece al "objetivo (de la compañía) de estar presente en países con potencial y donde pueda ocupar los puestos número uno o dos del mercado o de los segmentos en los que compita". La filosofía del célebre Jack Welch en General Electric, pero a menor escala.Aunque esta desinversión es una gran noticia para el valor, esperada por los analistas que lo siguen, lo cierto es que la cautela del mercado puede deberse al bajo precio al que Campofrío ha vendido. De hecho, hace menos de dos semanas Fortis valoró este negocio en 50-60 millones de euros.Aún así, el consenso de analistas que recoge FactSet le da recorrido hasta los 16,5 euros. Campofrío es uno de los valores que se quedaron rezagados en la escalada de la bolsa de 2006, cuando sólo consiguió avanzar un 7 por ciento. Según los expertos, la compañía de alimentación aún tiene mucho que decir en el parqué. Sobre todo si resiste la presión de los precios del porcino; y si se apoya en la diversificación de sus productos, una de sus grandes bazas en el futuro.