madrid. Sorpresas en la industria de planes de pensiones. Pero no por la avalancha de ingresos que se produjo en la campaña de 2006, que era lo esperado por el sector, sino por la caída en las aportaciones de los inversores. En el último año con unas condiciones fiscales más jugosas para los planes de pensiones que las que tendrá a partir de ahora, ya que se eleva el coste fiscal por el cobro del plan de una sola vez, los inversores no lo han sabido subirse a este tren. Incluso se registró una caída en las aportaciones. Según los datos de Inverco de fin de 2006, las entradas netas en los planes privados (sistema individual) ascendieron a 1.680,62 millones de euros, lo que supone 93,54 millones menos que un año antes o un 5,27 por ciento inferior, cuando los inversores aportaron 1.774,16 millones. Toda una sorpresa para el sector, sobre todo en un año en el que las entidades financieras esperaban un fuerte incremento en las aportaciones. ¿Y las rentabilidades? La ganancia media de los planes del sistema individual se colocó en el 5,1 por ciento, con lo que casi que dobla a la inflación, que el pasado año fue del 2,7 por ciento. Un buen resultados de final de año que se lo deben a los planes de renta variable pura, que repuntaron el 18,53 por ciento en 2006. Aunque este resultado tiene dos peros: queda muy por debajo del 31,7 por ciento que repuntó el Ibex y sólo afecta al 9,3 por ciento del patrimonio invertido en este negocio. De los 37.304 millones que mueve la industria de planes, sólo 3.500 millones están invertidos en renta variable. El resto se reparte entre los mixtos y la renta fija, que se han quedado rondando a la inflación. Mientras que los inversores de planes de renta fija a corto plazo ganaron una media del 1,29 por ciento, los de largo plazo superaron por poco las pérdidas (0,19 por ciento). Mejor suerte corrieron los que tienen un plan mixto de renta fija, con beneficios del 3,84 por ciento) y de renta variable (el 11 por ciento).