La reciente incorporación al Ibex fue ayer la absoluta protagonista de la sesión. Aguas de Barcelona (Agbar) se apuntó una subida del 3,8 por ciento, hasta 28,38 euros. Con este repunte, la compañía se quedó a las puertas de su máximo histórico, que marcó el día de su regreso al índice de referencia de la bolsa española -2 de enero- en 28,46 euros.El motivo de esta fuerte subida hay que buscarlo en el meollo energético, la lucha por Endesa, que afecta a Agbar colateralmente. El año pasado, el gestor de aguas consiguió crecer un 55,6 por ciento en bolsa, impulsado por la compra de la británica Bristol Water, el buen comportamiento de su sector y los rumores de operaciones corporativas en torno al valor, lo que le sirvió para regresar al Ibex tras su salida en 2001.El desbloqueo el miércoles por parte del Tribunal Supremo de la oferta de Gas Natural por Endesa abrió la Caja de Pandora de todos los implicados directa o indirectamente en la operación. A Agbar esto le toca de cerca, ya que La Caixa, que tiene en su poder el 35 por ciento de Gas Natural, también es su accionista de referencia a través de la sociedad Hisusa -que controla el 47,1 por ciento de Agbar-, y en la que también participa la francesa Suez. Aunque tras la fusión de Suez y Gaz de France se comenzó a especular con la posible salida de la gala del capital de Agbar, lo cierto es que entre ambas existe un acuerdo de no venta de su participación.Por ello, no es extraño que el mercado considere a Agbar como la pieza clave que le falta a La Caixa para conseguir su mayor ambición: crear un gigante en servicios públicos. La opa fallida de Gas Natural sobre Iberdrola frustró los planes de la caja, que ha visto un rayo de esperanza tras el desbloqueo de la opa de la gasista sobre Endesa. Quizá a la segunda vaya la vencida.