Los inversores no deben perder de vista al BCE y la Reserva Federalmadrid. Sin duda, van a ser dos de los grandes protagonistas de 2007. El Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed), los bancos centrales de la zona euro y Estados Unidos, respectivamente, encaran un año en el que afrontan distintos objetivos, pero en el que comparten un denominador común: la capacidad de sorpresa. En el caso del BCE, su meta consiste en conducir al precio del dinero hasta su techo. Para la Fed, el fin es otro. En concreto, consiste en detectar el momento en el que puede comenzar a reducir los tipos, que ahora están en el 5,25 por ciento. En principio, estas intenciones son de sobra conocidas por los mercados, ya que ambas instituciones se han encargado de anticiparlas en sus comunicados o declaraciones oficiales. Posibles sorpresasPero el problema no reside en unas intenciones ya declaradas, sino en las expectativas que han generado esas estrategias. Las palabras del BCE han llevado a la mayoría de los expertos a creer que los tipos alcanzarán su tope en la región en el 4 por ciento hacia mediados del año, frente al 3,5 por ciento. Para la Fed, las previsiones aluden a que el primer recorte de los tipos podría producirse entre marzo y junio. Si los bancos centrales se atienen a estos guiones, los mercados bursátiles se sentirán aliviados. Al fin y al cabo, sus expectativas se habrán cumplido. Pero ahí radica, precisamente, el peligro. En la posibilidad de que los bancos centrales no colmen esas previsiones o de que los mercados hayan valorado mal los mensajes de aquéllos. O lo que es lo mismo, en la posibilidad de que se produzcan sorpresas negativas no esperadas. ¿Cuáles pueden ser? Por lo que respecta al BCE, que sitúe los tipos más allá de lo que se espera en estos momentos. Es decir, que los lleve hasta el 4,25 por ciento. En cuanto a la Fed, la sorpresa vendría de un mantenimiento de los tipos en el 5,25 por ciento más tiempo de lo esperado, hasta el tercer o el cuarto trimestre del año. Aunque para los parqués puede haber un riesgo mucho mayor: que la Fed, en vez de reducir los tipos, deba retomar las subidas aparcadas en agosto de 2006. No parece lo más probable. Pero, ojo, tampoco es imposible.